Por: Julio Ríos (@julio_rios)

Imagen: Facebook/Enrique Alfaro

Aún hay oportunidad de que el Gobernador, Enrique Alfaro Ramírez enmiende el camino, luego de los cuestionamientos por la mega licitación para el arrendamiento de maquinaria pesada en Jalisco, por 3 mil 600 millones de pesos.

Alfaro Ramírez a nivel nacional, es un personaje con buena reputación. Se le veía hasta hace unos días como el líder natural para encabezar la oposición necesaria ante el Presidente, Andrés Manuel López Obrador. Ante la debacle del PRI y el PAN, hay quienes sostenían que Movimiento Ciudadano tiene el potencial para captar al electorado de sentimiento anti Morena y anti PRI, pero decepcionado de los partidos de siempre.

Enrique Alfaro comenzó su administración, plantando cara y alzando la voz de manera enérgica. Pero posteriormente, tanto AMLO como el gobernador jalisciense, entraron en etapa de tregua, la cual fue bien vista también sobre todo por el anuncio de la reanudación de las obras de la Línea 3 del Tren Eléctrico.

Y ocurrió lo inesperado: la cadena deportiva ESPN captó a Alfaro en primera fila de un partido de la NBA de los Lakers de los Ángeles contra los Pelícanos de New Orleans. Hasta ahí, todo parecía una simple anécdota, aunque alcanzó a raspar su imagen en una época en la que está de moda ser austero.

El problema creció cuando se reveló que el mismo empresario que había acompañado a Alfaro al básquetbol, fue el que ganó un contrato por 3 mil 600 millones de pesos y de acuerdo con una investigación periodística de Sonia Serrano, existen nombres repetidos en dos compañías que participaron en la licitación, quienes además, laboraron para las notarías de familiares del mandatario, según detallan los reportajes.

Aunque al inicio, Alfaro dejó en claro a los medios -con estilo poco ortodoxo– que no iba a engancharse con el tema, al final terminó anunciando que ya solicitó que la Contraloría investigue los contratos.

Este anuncio es una oportunidad de oro. No sólo para enmendar el camino, sino para demostrar que la de Alfaro y Movimiento Ciudadano es realmente una opción distinta al PRI del pasado y a Morena del presente, sobre todo ante los señalamientos de que el Gobierno Federal, con opacidad y discrecionalidad, acostumbra adjudicar de forma directa contratos multimillonarios para temas energéticos, por ejemplo.

Si bien, en el caso que nos ocupa se realizó una licitación, hay dudas razonables que lo más sano es que se aclaren. No sólo porque, de no ser así, el alfarismo seguiría dando flanco a sus críticos, sino porque es obligación legal y ética hacerlo.

En los corrillos políticos, se dice, que como en el caso del Instituto de la Mujer, algunos funcionarios que le susurran al oído al gobernador y lo tienen en una burbuja, lo volvieron a meter en camisa de once varas. Y el asunto terminó tronando.

Por eso Enrique Alfaro tiene la oportunidad de oro. Y también para que la Contraloría -la cual para mí gusto tiene años que no sirve de mucho a pesar del prestigio de su titular- presente una investigación seria e independiente, la cual buena falta hace para fortalecer la credibilidad de esta institución fiscalizadora.