Por: Ricardo Ortiz Esquivel (imagen: bestfreephotos.eu)

No es nuevo decir que muchas veces se entra al Gobierno por el “compadrazgo” o “dedazo”, tampoco en entrar al servicio público por los méritos del conocimiento o un buen currículum vitae. En todas las administraciones gubernamentales de nuestro país han habido personas que entran por sus méritos o por el jefe; y no es que todo el embrollo del Conacyt con AMLO sea la primera vez, eso me queda muy claro, pues venimos de gobiernos anteriores como el del PRI y PAN.

Me pongo en los zapatos de muchos jóvenes y personas preparadas que les gustaría poder entrar a trabajar al servicio público o a alguna dependencia estatal/federal, pues existen muy pocas oportunidades para todos aquellos que tienen una preparación ejemplar.

Ustedes pueden verlo en cualquier administración federal o estatal, en donde hay personas que no tienen nada que ver con el perfil requerido para el puesto o dependencia.

Los mejores puestos, en realidad, son para todo aquel personaje que estuvo en la campaña política del ganador; los huesos se los dan a los de menor nivel, pero que también apoyaron sin cesar al individuo que recibió la mayoría de sufragios.

Para aquellos que nunca participaron o no tienen ningún a fin político, es bastante complicado poder entrar a trabajar al Gobierno. No eres una persona allegada al político, tu perfil o currículum son “un cero a la izquierda” para el puesto que existe; en fin, son muchas trabas cuando no se es un “perro fiel” del mandamás.

Las practicas ya mencionadas al principio de este artículo no sólo son del PRIAN, sino también de Morena o MC; todo es lo mismo.

El día que en nuestro país se seleccione a la persona indicada para ocupar un puesto burocrático, ese día será el que nuestra burocracia y Gobierno empezaran a cambiar de manera importante.

La decisión de poner a un joven de 29 años sin terminar su carrera y sin tener el perfil requerido para ocupar una subdirección de Conacyt, me hace pensar en que una cuarta transformación no se puede dar de esa forma, especialmente cuando el lema principal es: no robar, no mentir y cero corrupción.

El ser una diseñadora de modas, entrar a trabajar en un puesto importante del Conacyt y no tener la más mínima experiencia o perfil para trabajar ahí, lo hacen a uno pensar si todo seguirá igual o habrá un cambio como lo dijo Andrés Manuel.

Se cambian los estatutos, la ley y los requisitos para entrar al servicio público, todo esto solamente si le conviene al presidente o al Gobierno. Para otros “fifís” o “mondrigos”, se necesitan tantos requisitos y se ponen trabas para que se le quiten las ganas a uno de trabajar.

Hoy en día, unos llegan fácilmente al Gobierno por sus conexiones y amistades, y otros deben llegar con el coraje, sacrificio y conocimientos para escalar puestos y llegar a ser un servidor público ejemplar y no ratero.

¿Ustedes qué piensan?