Aunque su corazón era de sazón sonorense, su alma encalló en la marítima Puerto Vallarta.

Un día se enamoró de esta pequeña ciudad del pacífico mexicano, y decidió pasar en ella el resto de sus días. “Aquí en Vallarta moriré”, dijo alguna vez. Y lo hizo. Ayer por la noche falleció a los 80 años de edad, el famoso Chef Internacional Nacho Cadena.

Criado con un amor absoluto al cuidado de la tierra, y todo lo que ella nos da, Nacho Cadena se involucró desde chico en las cuestiones de producción de alimentos. Y terminó siendo Chef, en dónde la exploración y su curiosidad, fueron sus dos grandes herramientas en la creación de platillos únicos.

Todos lo conocíamos como Nacho Cadena, pero su nombre verdadero era Ignacio Cadena Beraud, de padre mexicano y madre francesa, y fueron precisamente esas raíces multiculturales otras de sus virtudes en la creación culinaria, pues su sazón deslumbraba tanto a mexicanos como a extranjeros.

A Nacho Cadena lo reconocía la gente de a pié por su programa de cocina “Sabores de Vallarta” que transmitían por el Canal 7 de la televisión jalisciense. Aún se detenía por las calles a firmar autógrafos de más de un aficionado.

Como especialista en hospitalidad, Cadena fue presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Puerto Vallarta,  del Fideicomiso de Turismo y miembro de La Sociedad de Geografía del Estado De Jalisco.  También fue uno de los primeros pioneros en la exploración de la cocina gourmet en la ciudad costera. 

Junto con sus hijos, a quienes también les contagió el espíritu creativo y amor por la cocina, fundó en 2008 el restaurante La Leche, en dónde no había comida a la carta, sino que cada platillo era una completa experiencia de creatividad e introspección del chef, bajo una atmósfera de blanco completo.