El Gabinete de Seguridad Nacional acudió a Culiacán para hacer un balance de los daños luego del enfrentamiento en contra de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, asegurando que la decisión de no llevado detenido a Obvio, se debió al análisis de las posibles repercusiones.
“Que esta opción, la opción de continuar con el operativo del día de ayer hubiese implicando un altísimo, inadmisible riesgo de bajas entre la población civil”, dijo Alfonso Durazo.
El saldo fue de ocho personas muertas; cinco presuntos gatilleros, un interno del Penal de Culiacán y un elemento de la Guardia Nacional. Otros 15 elementos de las distintas corporaciones resultaron heridos.
“Vamos a ganar el desafío de la paz, pero no convirtiendo a México en un cementerio mayor al que ya ha sido por bastantes años, nos enfrentamos a grupos delictivos despiadados y con enorme capacidad para ejercer una violencia sin límites”.
En total se contabilizaron 19 bloqueos y el ataque al centro de vigilancia de la Secretaria de Seguridad Pública, a las instalaciones de la Novena Zona Militar y al completo habitacional del Ejército.
“No hay falta de estado ni ausencia del gobierno federal en esta recesión, de haber sido así, posiblemente hubiera ocurrido un enorme infortunio en esta ciudad, mayor, pero mucho mayor a las horas de angustia que ayer se vivieron.
Las autoridades analizaron cual será la estrategia, pero de momento no hay ningún operativo para no provocar a estos grupos.