No deja de llamar la atención que nuevamente el gobernador Enrique Alfaro Ramirez se conduzca al margen de la ley, y con una actitud soberbia y prepotente rete al Poder Judicial validando la venta de la Villa Panamericana sobre la que pesan 3 suspensiones que se encuentran vigentes, y que de concretarse dicha transacción, conforme a la ley, podría ser acusado de desacato pudiendo recibir desde una amonestación hasta la separación del cargo.

El gobernador ha intentado justificar aduciendo que la construcción del inmueble, edificado de manera ilegal para albergar a los atletas participantes en los Juegos Panamericanos de 2011, no es su responsabilidad y que en contraparte, su intención es que las instituciones como IPEJAL e Ijalvi (antes IPROVIPE) recuperen algo del recurso que invirtieron y no han podido regresar a sus arcas.

Sin embargo, Las Villas Panamericanas, con tres suspensiones vigentes, no pueden ser objeto de una transacción mercantil ni de ningún tipo, toda vez que el malogrado inmueble permanece clausurado y legalmente nada se puede hacer en tanto prevalezcan abiertos los diversos procesos jurídicos que lo mantienen inmovilizado.

Ante dichos impedimentos legales, es descabellado que se venda y que además se le pretenda dar un uso para vivienda, simple y sencillamente es algo que no procede, es ilegal, y eso Enrique Alfaro lo tiene muy claro. Él también conoce las limitaciones que tiene la zona en donde está construida la Villa, sabe del daño que significaría al Bosque de la Primavera, el impacto ambiental y la afectación para un sector importante de la población que vive al poniente y norte de la zona metropolitana de Guadalajara, así que no solo está incurriendo en una violación a la suspensión, sino en una inmoralidad porque no puede pretender imponer su propia ley a manotazos pasando por encima de las normas y eso se llama corrupción, y constituye abuso de autoridad.

Bajo esas circunstancias hemos actuado y ya le dejamos saber a la autoridad correspondiente de la violación a la suspensión, a través de un incidente que presentamos los integrantes de Conciencia Cívica, junto con el Parlamento de Colonias, la Fundación Cuenca Lerma Chapala, Vecinos de Rancho Contento y la Federación de Sindicatos del Estado.

Si antes nos opusimos a que se le diera un uso académico, de investigación u hospitalario, con mayor razón rechazamos que se quiera entregar para vivienda. No lo vamos a permitir; usaremos todos los recursos legales a los que tenemos derecho y buscaremos que se sancione por la vía penal esta actitud, por el desacato a mantener las cosas como están, en todo lo que tiene que ver al uso de la villa.

Esperamos que el alcalde de Zapopan, Pablo Lemus se sostenga y no otorgue licencia alguna; que la sensata y firme postura que ha asumido en este asunto no sea de utilería y la mantenga a pesar de las presiones que seguramente recibirá.

Tema aparte merecería la empresa que se constituyó el 22 de mayo pasado y que hoy hace gala de ser la intrépida compradora de la ‘papa caliente’ (llámese Villa Panamericana).

Solo por recordar algunos detalles de lo que ya he señalado; Green Life Capital, SAPI S.A. de C.V., está adquiriendo un inmueble que enfrenta tres suspensiones, y que de concretarse el viernes la firma del contrato como está programada, estaría violando la suspensión pudiendo hacerse acreedora también a sanciones por parte de la autoridad judicial. Se sabe que los compradores son empresarios que en su momento fueron funcionarios y será cuestión de días para que salga más información a la luz pública de esta empresa creada al vapor, donde sin duda, algo huele mal.