Con el incremento al servicio del transporte público en Jalisco entre el gobierno y los propios empresarios transportistas mantienen a la sociedad tapatía o mejor dicho nos mantienen con la rodilla en el cuello, este incremento no sólo golpea el bolsillo de los que menos ganan sino cimbrará la economía de todo el estado.

Y es una excusa barata y un pretexto de lo más bajo cómo lo hacen muy seguido toda clase de políticos echarle la culpa a administraciones pasadas en esta ocasión argumentando que la tarifa ya se había aprobado desde el sexenio de Aristóteles Sandoval, pero hay que aclarar una cosa el gobernador tiene la facultad de detener este incremento, es decir, esta administración debe hacerse responsable de sus acciones muy contrarias por cierto a lo que prometieron en campaña.

Es increíble como los acuerdos y estas decisiones que repercuten de una manera crítica en la economía estatal ya están pactadas con tiempo y sólo basta darnos cuenta que de manera inmediata al día siguiente de que se tomó esta decisión de subir desproporcionadamente el costo del camión ya había campañas para tratar de suavizar el ánimo social, personas en el tren ligero entregaban trípticos con diseños bonitos y palabras que argumentaban que este incremento era por el bien del transporte público y que además era una decisión de la administración pasada.

No me explico como de un instante a otro ya había toda una estrategia logística para poner en marcha esta campaña, esto es sólo un punto de vista porque valdría la pena darnos cuenta de que los verdaderos estragos apenas están por venir.

A qué me refiero con esto, al inicio de este texto expuse palabras como crisis y problemas económicos y eso es precisamente lo que vamos a ver venir en Jalisco en los próximos días a raíz de este irresponsable incremento al transporte público.

Vamos a poner sólo un ejemplo y como éste muchos más habrá, una familia integrada por padre, madre y dos hijos, todos ellos usuarios del camión y del tren, forzosamente deberán pagar este incremento para cumplir con sus actividades cotidianas como ir a trabajar qué es indispensable, ir a la escuela qué es más que una obligación una necesidad para nuestra sociedad y por supuesto comprar el alimento del día día qué también representa un traslado, por todo esto el bolsillo de esta familia ya se vio afectado, y aquí es en dónde viene la parte crítica, por lo regular las familias suelen aprovechar los fines de semana para visitar algún lugar para acudir a algún centro comercial algún destino de interés público y de recreación o entretenimiento en nuestra ciudad.

Evidentemente esta familia necesitaría desplazarse en camión multiplicado todos los integrantes que ya mencionamos se la pensaran dos veces antes de ir a ese lugar y preferirán quedarse en casa, lo que traerá como consecuencia que no comprarán una tradicional agua de sabor, no pagarán el ticket de entrada a algún lugar como museo, parque o cualquier otro tipo de entretenimiento, no le compraran un globo a esa persona que religiosamente todos los fines de semana espera a los niños para darles ese servicio.

Y aquí es justamente en donde se comienza a romper la cadena de la productividad, todos los comerciantes qué mencionamos dejarán de percibir lo que anteriormente ya estaban acostumbrados a obtener como ganancia y recordar que también muchos de ellos usan el camión.

No es una decisión a la ligera, porque el camión ni seguro, ni eficiente, ni en buenas condiciones, y mucho menos esperemos un buen trato, cosas que difícilmente están por cambiar y que veo muy lejano esa llamada refundación.