El colectivo de abogados “NoMásDerroche”, junto con otras organizaciones y particulares, han logrado lo que parecía imposible: que se suspenda la construcción del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía y que se retomen la sobras del que era llamado como Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en el lago de Texcoco.
Si bien este golpe al cuestionadísimo proyecto de Santa Lucía no es definitivo, ojalá que sí sea mortal, es decir, el inicio de una serie de determinaciones jurídicas que terminen cancelando definitivamente la idea de Santa Lucía y se retome el proyecto del NAIM, algo que sigue siendo todavía un sueño, pero que podría ser realidad.
Si bien es cierto el tema de Texcoco no es lo mejor a lo que podríamos aspirar en términos de lo costoso del proyecto y de los temas de corrupción que se involucraron, también es verdad que Santa Lucía no es la solución, de hecho, es la peor decisión posible, de acuerdo con distintos organismos especializados en temas de aeronáutica como MITRE Corporation, que contenplan a Santa Lucía como un proyecto completamente inviable y donde se podría aplicar el refrán popular: “salió más caro el caldo que las albóndigas”.
MITRE señaló en un estudio que se pone en riesgo la seguridad de los pasajeros y se generarían más retrasos de los ya existentes en el actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez, al ponerse en operación simultáneamente, que es lo que pretende el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Otras desventajas de Santa Lucía son:
- El cerro de Paula que se cruza con la trayectoria de la pista (MITRE encontró elevaciones de tierra que no pueden estar ahí para la elevación y aterrizaje de las aeronaves)
- El plan de diseño y construcción del aeropuerto podría tardar hasta 10 años.
- El gobierno federal no ha cumplido los requisitos ni los estudios para obtener la Manifestación de Impacto Ambiental por parte de la SEMARNAT y presiona a esta dependencia para que lo emitan.
- Si se dispara el costo de Santa Lucía, saldría más caro que Texcoco, pues además de la obra, se deben pagar los bonos a los tenedores que invirtieron en el primer aeropuerto.
Como lo dije desde hace varios meses, el tema del aeropuerto, al igual que la venta del avión presidencial y de otros temas que venían de otros gobiernos, era el deshacerse de esos símbolos que se consideran faraónicos y manchados por la corrupción, porque en el fondo, el gobierno sigue pagando el precio de tener el avión en California y de cancelar Texcoco.
Si esta resolución judicial, que por el momento es una suspensión a Santa Lucía y retomar Texcoco avanza y logra ganar en distintas instancias – incluida una posible resolución de la Corte – habrá sido un golpe mortal (y ojalá así sea) para Santa Lucía y un revés importante para una de las decisiones que más daño le puede hacer al desarrollo del país, y que parece más un capricho que una decisión inteligente.
