Por: Redacción|RumboMX (imagen twitter @CanalCongreso)

Mientras que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se fortalece en su aprobación ciudadana -de acuerdo con estudios demoscópicos- la oposición en México ha sido inexistente y ha batallado para hacer frente a un presidente mediático y carismático.

En los comicios presidenciales del 2018, AMLO obtuvo el 53.19 por ciento de la votación, mientras que Anaya el 22.27% , Meade un 16.4% y Jaime Rodríguez “El Bronco” el 5.23%. Es decir, poco menos del 47% no votaron por López Obrador.

“A nivel nacional se puede observar que no ha habido una conducta unitaria de los partidos de oposición. Todos han intentado buscar hablarle a ese 47 por ciento de los electores que no votaron por López Obrador o por Morena, pero no hubo, salvo que en algunas coyunturas particulares, como en el tema de la Guardia Nacional, una conducta unitaria de sus partidos”, expuso el doctor Andrea Busoletti, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

El también miembro del Observatorio de Procesos Electorales de la UdeG explicó que mientras el partido Morena luce hegemónico, con la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados federales, y 49 por ciento de la de Senadores, además de ser mayoría en 19 congresos locales, la oposición luce extraviada y dispersa.

Busoletti recapitula que cada partido ha ido con sus propios temas: el PAN, reprochó que el gobierno no tuviera una posición enérgica en contra del presidente de Venezuela Nicolás Maduro y el nuevo presidente Juan Guaidó.

Movimiento Ciudadano y PRD se han enfocado a exigir que se reduzca el precio de los combustibles. El PRI más bien apoyó la idea de la Guardia Nacional militarizada como se planteó originalmente y el Verde se preocupó más en intercambiar “fichas” para que Manuel Velasco no tuviera problema en su rosario de “licencias”.

Busoletti resume que la oposición se ha unido solo en tres temas: la Guardia Nacional –donde lograron que a esta figura se le dotara de un mando civil-, la acción de inconstitucionalidad contra Ley de Remuneraciones y otra en contra de la figura de los súper delegados.

“Lo malo de esto es que los recortes de los salarios a altos funcionarios era bien visto por la gente y el hecho que la oposición combatiera esto, resultó contraproducente. Y el tema de super delegados fue tema de círculo rojo”, agregó al respecto Julio Ríos, columnista de Rumbo.

Sin liderazgo unipersonal

A todo esto se suma que la oposición no tiene un líder visible.

Mientras que AMLO es una figura fuerte, unipersonal, que en sus tiempos plantó cara a Vicente Fox, Felipe Calderón y a Enrique Peña Nieto, actualmente no hay un liderazgo de peso capaz de hacerle sombra.

Los gobernadores de Jalisco y de Chihuahua, Enrique Alfaro y Javier Corral, lucen como los personajes más viables para convertirse en contrapeso a AMLO.

Alfaro, por lo pronto, fumó la pipa de la paz con el presidente, luego de acudir a Los Pinos y recibir la visita en Jalisco de López Obrador, donde confirmaron la conclusión de la Línea 3 del Tren Eléctrico.

Corral, se asumió como líder de un “grupo de contrapeso” en el cual participan políticos e intelectuales. Aunque muchos de ellos como Juan Villoro, Héctor Aguilar Camín y el propio Enrique Alfaro se deslindaron a las pocas horas que se dio a conocer la noticia.

Otro aspecto es que la conducta actual de los partidos de oposición –PAN y PRD- contrasta con la postura tomada con Enrique Peña Nieto. Mientras que con AMLO han sido reacios críticos a todo lo que el presidente anuncia, con el último presidente priista de México, se apresuraron a firmar el Pacto por México.

En ese contexto, la oposición, no ha surgido de los partidos, sino de la sociedad civil. Las cúpulas empresariales han sido tibias, pero los defensores del territorio y activistas ya hasta declararon “no grato” al presidente.

Y en los medios de comunicación, Reforma ha asumido la bandera opositora en sus portadas.

Así las cosas, en el arranque del gobierno de AMLO, la oposición política luce dispersa, extraviada y sin una figura que pueda asumir su liderazgo.

No es sencillo ser opositor a un presidente con tan grande bono democrático.