En el marco de “Hablemos y Hagamos” que organiza el partido Hagamos, el tema que se abordó fue entorno a los bosques de Jalisco, y el invitado fue el periodista, Agustín del Castillo, especialista en el tema del medio ambiente, quien dio una conferencia al respecto y destacó puntos importantes en esta materia.

 

Remarcó que los habitantes y las autoridades de Jalisco tienen una relación contradictoria con sus bosques. Aunque altamente valorados por una opinión pública que de forma creciente aprecia sus servicios ambientales, y en específico en el marco de una nueva ética en construcción, defiende los derechos de persistencia y desarrollo de toda la vida silvestre, esta forma de entender el mundo no se ha podido convertir en una expresión política que pase de lo meramente reactivo y de corto plazo (los incendios forestales o los efectos de la contaminación de ríos y lagos, por ejemplo) a una forma de vida y de cultura dominante que incentive a los políticos profesionales a apostar en sus programas de gobierno tanto a la conservación como a la inserción del patrimonio natural en la economía. Y en contrario, a temer el pago de costos político electorales por sus omisiones, subrayó.

 

“Bajo esa lógica, es entendible que, aunque se han tenido dos administraciones estatales continuas con un discurso de interés por los bosques, y aunque en ambas gestiones se hayan establecido programas y proyectos de interés para mejorar la gestión del patrimonio natural, la definición de “obras son amores, y no buenas razones” se impone: el gasto ambiental permanece como una de las prioridades más bajas del gasto público. En el caso del gobierno federal, el presupuesto casi ha desaparecido. En el caso del estado, es verdad que durante los primeros tres años se dieron dineros para muchas cosas que antes no contaban con recursos (en buena medida, para paliar la casi indiferencia de la administración presidencial por el tema), pero la “austeridad” con sus dudosas prioridades se impuso, y proyectos que contaban con presupuesto han sido mermados a partir de 2021”, indicó el periodista, Agustín del Castillo.

 

El también especialista en temas del medio ambiente argumentó que la historia de poco más de cuatro años y medio de la administración de Enrique Alfaro Ramírez expresa con claridad esas contradicciones. El manejo de los bosques por sus dueños ejidos, comunidades indígenas y pequeños propietarios se mantiene como una actividad económica marginal, y ante la presencia ominosa de cárteles criminales en las regiones, algunos proyectos que brillaron en el pasado como “garbanzos de a libra” de una economía forestal bastante reducida, han sido borrados.

 

“Donde ha impactado más el crimen organizado es en las regiones forestales de Jalisco, Michoacán y Guerrero. Los ejidos forestales ubicados en el sur de Jalisco, la región suroccidental de Michoacán y la Costa Grande de Guerrero han sufrido desde hace varios años este problema. En muchos de esos ejidos, los jefes de plaza (de los grupos criminales) presionan a los comisariados ejidales para que vendan su arbolado en pie a empresas privadas o a intermediarios con los que tienen acuerdos de compraventa de esos productos. Por estas circunstancias, los ejidos y comunidades forestales de estas regiones han registrado un claro retroceso en la evolución de sus empresas comunitarias”, subrayó el periodista.

 

En el caso del Bosque de la Primavera el gobierno actual destina un presupuesto mínimo, no existe una política pública al respecto, es algo que se necesita y que no comprenden los políticos esta situación, hay un alfabetismo en ellos en el tema ambiental, no entienden los procesos, no se preparan con tiempo para prevenir los incendios forestales, apuntó, Agustín del Castillo.

 

“Jalisco es la tercera economía del país por aportación al producto interno bruto, solo precedido por la gran conglomeración urbana del Estado de México, y por el emporio industrial regiomontano. A diferencia de ambos núcleos económicos, el de Jalisco reviste singularidades: por un lado, su primer lugar en generación de riqueza agropecuaria mexicana la hace un sistema económico relativamente más tradicional (relativamente: pues no podemos ignorar las enormes innovaciones tecnológicas del sector agroalimentario), y dado que esa aportación no deja de ser periférica a lo que dan los sectores secundario y terciario, como en toda economía moderna, lo que subraya es su mayor diversificación. Y hay un tercer elemento diferente sobre el que deseo llamar la atención: Jalisco tiene una economía más dependiente de los servicios ambientales, es decir, los que provee la naturaleza. Está, en consecuencia, más expuesto que sus dos grandes competidores a los vaivenes de la crisis ambiental mundial en que se ha convertido el cambio climático antropogénico”, manifestó el especialista.

 

En resumen, es cierto que el problema de gestión de los bosques de Jalisco pasa más por fortalecer instituciones que por inyectar un gran presupuesto. Pero la merma de dinero federal ha sido tan acusada, que el presupuesto estatal solo ha permitido cubrir áreas que se abandonaron en el gasto federal, como son las áreas naturales protegidas y el programa de combate de incendios forestales. Bajo esta realidad, y en el contexto de una creciente presión de la economía sobre los servicios ambientales de los bosques, en el mejor de los casos, apenas se establecen las bases para hacer frente a los desafíos. El Fondo Ambiental creado por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, puede ser una respuesta de financiamiento a largo plazo, otra posibilidad es la creación de mercados de servicios ambientales, pero en Jalisco solamente existe uno, relativamente consolidado, en Cerro Grande, de la Sierra de Manantlán, que es pagado por la ciudad de Colima. No hay así, un panorama a corto plazo que permita algo más que un moderado optimismo, sujeto a la perseverancia de los actores públicos y privados para gestionar proyectos y más recursos a favor de los bosques, expresó finalmente el periodista, Agustín del Castillo.

 

Comunicado de la Coordinación de Comunicación Social de Hagamos