Los mecanismos de participación ciudadana representan una forma de hacer valer nuestro derecho a participar en la democracia.
En Jalisco, durante los últimos años se han creado diversos mecanismos, algunos más progresivos e interesantes que otros, pero en general todos encaminados a institucionalizar determinadas formas de participación ciudadana en los asuntos públicos. Cada uno de ellos, toma valor en la medida en que los usamos y ponemos a prueba. De otra manera, no es posible identificar tanto sus beneficios como los aspectos en que deben mejorar.
El caso del plebiscito realizado en Chihuahua el 24 de noviembre de 2019, reitera la importancia de fomentar la participación activando estos mecanismos.
Con la participación de más de 60 mil personas, a pesar de no alcanzar el umbral solicitado, la fuerza de la acción colectiva impulsó que la alcaldesa del municipio aceptara la decisión de la mayoría de los votantes quienes dijeron NO a concesionar el servicio de alumbrado público por un periodo máximo de 15 años. Esto significa que, si participamos, sí es posible incidir en lo público.
El caso de Chihuahua nos deja múltiples mensajes y sobre todo lecciones que debemos aprender en todo el país.
En Jalisco, la solicitud para poner en marcha un plebiscito en San Pedro Tlaquepaque ha evidenciado las lagunas existentes en nuestra legislación en materia de participación ciudadana, así como la confusión entre las instancias involucradas y sus funciones; entre dicha confusión el IEPC, a quien en la última legislación le disminuyeron facultades es quien en este caso está protegiendo el derecho a la participación.
Las reacciones de las autoridades, pero también de otros actores involucrados en el caso, incluso el papel del propio Consejo Municipal de Participación Ciudadana, nos invitan a reflexionar sobre el verdadero nivel de participación ciudadana que tenemos actualmente en el estado.
El caso de Tlaquepaque ha mostrado la poca voluntad de las autoridades para asumir su responsabilidad y realmente poner en marcha los múltiples mecanismos que tienen en sus reglamentos de participación ciudadana para la gobernanza.
Parece que nos encontramos tan lejos de las buenas prácticas del CODEMUC en Cuquío y del plebiscito en Chihuahua, y tan cerca de la simulación, de la creación de normas sin voluntad para aplicarlas, y sobre todo, del poco compromiso para construir ciudadanía entre gobierno y ciudadanos.
El derecho de todo ciudadano a participar en los asuntos públicos está contemplado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y este derecho y pilar democrático debe ser garantizado, jamás limitado ni cancelado.
Si no se abren espacios para que los ciudadanos participen, si no se fortalecen los consejos de participación ni tomamos en cuenta las opiniones de quienes pueden tener propuestas diferentes a las nuestras, los ciudadanos vamos a encontrar caminos propios para incidir y manifestar nuestra opinión. Algunos podremos hacerlo a través de organismos de sociedad civil, redes colectivas, medios de comunicación, etc. Y posiblemente otros lo hagan por medio de los mecanismos de participación institucionales.
La solicitud del plebiscito en Tlaquepaque abre una gran oportunidad para activar un mecanismo de participación y consultar la opinión de los habitantes del municipio en asuntos que por supuesto les competen, pues tiene que ver con la decisión de la autoridad a la que ellos eligieron.
Por otro lado, el no realizarlo, representa el riesgo de retroceder décadas en empoderamiento social en Jalisco, alejando más a los ciudadanos de los gobiernos, y demeritando el valor social que los mecanismos y toda una estructura creada para institucionalizarlos, indudablemente podrían alcanzar.