El dengue ya ha tumbado a otros secretarios de salud en Jalisco. No tendría que ser la excepción con la crisis que se vive en la entidad y Fernando Petersen tendría que irse. Y no solo él, sino también Consuelo Robles, directora del Organismo Público Descentralizado de Servicios de Salud Jalisco.

En tiempos de Gutiérrez Carranza, cuyo mérito para ser Secretario era haber sido chófer del ex gobernador Emilio González , su impericia hizo tronar- entre otros escándalos – el incremento del dengue y eso fue uno de los temas que precipitaron su destitución. Hoy, la crisis de dengue es peor, y como veremos más adelante, mucho tuvo que ver la ineficiencia de los funcionarios que desoyeron las advertencias.

Ambos funcionarios deberían ser, al menos, sujetos de juicio político. Deberían haberse coordinado, focalizar fumigaciones e intensificar las labores de prevención, sobre todo ante las advertencias de que la enfermedad iba a la alza.

Pero – dicen fuentes internas de la Secretaría de Salud- en lugar de eso, están más preocupados en una guerra de celo entre ellos. Consuelo, quien anhelaba ser secretaría de salud, sostiene una rivalidad política con Fernando Petersen. Aseguran que esta guerra ha llegado a obstaculizar, muchos temas.

Pero muy aparte de esas presuntas grillas, pasemos a los hechos. ¿Por qué creo, que estos funcionarios tienen responsabilidad política en esta crisis?

  1. El dengue es una enfermedad “reemergente”. Desde noviembre de 2018 , la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtieron que venía una ola de brotes en México. Y Jalisco aparecía en ese documento. La periodista especializada en temas de salud Isaura López Villalobos así lo publicó. Luego, ella misma, desde marzo en sus notas lo venía advirtiendo: que las cifras en el caso específico de Jalisco venían a la alza. Y nadie hizo nada.
  2. Para muestra recordemos que las cifras oficiales se han comportado de la siguiente manera: en la semana del 29 de julio, había 790 casos. El 19 de agosto ya eran 1,204. El 2 de septiembre, ya eran 1, 777, el 12 de septiembre, 2 mil 451 casos y el 19 de septiembre, 3 mil 405. Hay casos de verdadera emergencia como Teocuitatlán de Corona o Juchitlán, donde hay 66 y 31 casos respectivamente, es decir, una incidencia de 571 y 530 casos por cada 100 mil habitantes. Sayula tiene 135 casos, es decir, 366 por cada 100 mil habitantes. Jalisco es el segundo lugar después de Yucatán.
  3.  Recordemos que en Salud Pública existe algo que se llama “Triple A”. Aviso, Alerta y Alarma. A pesar de todas las evidencias, en Jalisco declaran aviso, pero de acuerdo con el Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológico Federal estamos en Alarma. Cuando hay eso, el Estado debe de emprender acciones URGENTES . Pero en Jalisco se resisten a decretar la alarma a pesar de todas las señales que reflejan las cifras que ya detallamos.
  4.  Señalan los que saben del tema que cada año hay picos históricos de agosto a octubre. A pesar de eso, tampoco se actúo.
  5. Hablaron de una inversión de 54 millones de pesos en la compra del insecticida. Pero hasta ahora, en dónde quiera que preguntes, te dirán lo mismo: no han ido a fumigar. Y así lo dicen en colonias donde cada año se hacían estas labores de prevención

Y a pesar de esos datos y de las advertencias… ¿Qué hizo el gobierno del Estado?

  • Retrasó la atención, al no fumigar a pesar que se compró insecticida en mayo.
  • Despidió a 1,500 brigadistas de programas como Patio Limpio.
  • Se resisten a emitir la alerta en Jalisco a pesar que en el gobierno federal ya confirman que estamos en ese nivel.

Creo que con la salud no se juega. E independientemente de que el gobierno federal no hubiera mandado los recursos fue una omisión muy grande por parte del estado el no anticiparse y prepararse. Por ello, el papel de estos funcionarios en esta crisis amerita la destitución e incluso, como dije al inicio, en un juicio político.