Tras ser condenado este miércoles a cadena perpetua más 30 años simbólicos adicionales en un tribunal de Nueva York, el mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán se despidió en persona, probablemente por última vez, de su esposa Emma Coronel Aispuro. 

Sin embargo, el juez le impidió acercarse y darle un ultimo abrazo, pese a que el capo se lo pidió.

Vestido con un traje gris y por primera vez luciendo un espeso bigote en la corte, el “Chapo”, de 62 años, el mayor capo del narcotráfico extraditado y enjuiciado por Estados Unidos, habló hoy antes de ser sentenciado.

Guzmán agradeció a su familia por su apoyo durante los meses de juicio. Dijo que las oraciones de ellos le dieron la fuerza para soportar “la tortura” que han sido estos últimos 30 meses.

El capo se dirigió al juez y le dijo en español: “Ya que el gobierno de Estados Unidos va a enviarme a una prisión donde nunca más van a escuchar mi nombre, aprovecho para decirles: aquí no hubo justicia”.

Cuando entró y salió de la sala, el “Chapo” lanzó besos a Coronel y se tocó el corazón, y ella hizo lo mismo.

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Desde la extradición de “Chapo” a Estados Unidos en enero de 2017, los esposos no se han visto más allá de los intercambios de miradas en las audiencias y el juicio. Ella no ha faltado a ni una sola. Siempre presente sonriendo al Capo.

A Coronel, de 30 años y madre de las pequeñas hijas mellizas del “Chapo”, se le vetó visitarlo en la cárcel por miedo de que pudiera recibir instrucciones de su marido para tratar de escapar, seguir liderando el cártel u ordenar extorsiones y amenazas a testigos potenciales.

Tras conocer el veredicto del juez y al termino de la audiencia. Emma Coronel salio de la corte sin dar ninguna declaración al respecto, pese a que la esperaban los medios de comunicación.