Hemos escuchado muchísimas veces que nosotros somos el futuro de México, pero que tan cierto es esto y que tanto de verdad podemos hacer para nuestros estados y el país.

En distintos momentos que se viven en el país hemos visto como los movimientos vienen y van, además estos son generalmente llevados por temas de protesta y se convierten en momentos coyunturales, al paso del tiempo desaparecen o pierden el sentido con el que nacieron.
  • Por esto los jóvenes tenemos muchas responsabilidades, y una de ellas es ayudar a otros para emprender hacia el futuro, de voltear a ver a la niñez y poder fomentar sus talentos, porque cuando logramos encaminarlos hacia la ruta correcta, sus logros se convierten metas alcanzadas colectivas y son semilleros de los talentos que vienen de las siguientes generaciones.

Pensar en hacer algo para los demás y tener esa convicción por muy pequeña que sea, hace una enorme diferencia, porque tarde o temprano esas ideas y esa pasión por servir a los que vienen detrás de nosotros se puede convertir en algo fuerte, tanto, que pueda generar inercias de participación para hacer cambios radicales desde cualquier punto geográfico y desde cualquier sector social.

La política como vehículo para generar desarrollo

Tenemos que tener muy claro que la política siempre tiene demasiadas confrontaciones, sobre todo porque el poder público ha tenido un sesgo de intereses de todo tipo, con ello se ha perdido el sentido real (desde mi punto de vista) de ser el vehículo que sume todas las ideas, y que salgan las mejores decisiones públicas para generar el mayor beneficio colectivo.

Sin embargo no quiero decir que todo esta perdido, tampoco quiero ser fatalista, pero si dejar muy claro que existen muchas aristas sobre este tema, una cosa es que desde el congreso se busca reformar la constitución para que tengamos leyes a la altura de las circunstancias que exigen los cambios naturales de crecimiento en la sociedad.

Que desde los gobiernos municipales y estatales se buscan resultados en infraestructura y modernización, combatir la pobreza que compromete el futuro del país y de todos nosotros, definitivamente es su responsabilidad generar estos resultados.

Pero entonces nosotros también debemos generar una inercia de participación, y no lo digo ni mucho menos lo pienso en que seamos todos pro gobierno, si no que tenemos que definir nuestra participación, esto sin importar los partidos políticos, porque la fuerza de nuestras ciudades radica en lo que podemos hacer juntos.

A todo esto creo que lo que le hace falta a los gobiernos para impulsarnos, es escucharnos de manera permanente, de tomar las riendas de las decisiones públicas, pero basados en lo que realmente esperamos de los políticos, no podemos quedarnos como espectadores, pero también tenemos la obligación de participar de manera ordenada.

Tenemos que generar foros de participación, pero esta vez, deberían ser desde la sociedad hacia las personas que nos gobiernan, cuestionarlos de sus decisiones sin linchamientos, tomando las riendas y haciendo propuestas reales donde también podamos comprometernos a generar cambios importantes, porque si algo tenemos es la fuerza y la pasión por lo que realmente queremos.

Finalmente tenemos mucho por hacer y necesitamos pasar de las palabras a construir un llamado permanente a la acción, que resulte en inercias positivas que le den a nuestro estado la grandeza que merecemos todos.