Según la Stanford Graduate School of Business, la innovación social es “una solución nueva a un problema social la cual es más efectiva, eficiente, sustentable o justa que la solución actual cuyo valor agregado aporta principalmente a la sociedad como un todo en lugar de únicamente a los individuos”
Entonces ¿dónde está el camino para llegar a la meta?
Primero y antes que nada debemos saber que queremos como individuos, que prioridades vamos a tener de manera colectiva y como arrancar poco a poco para cambiar el paradigma en el que vivimos hoy.
La innovación social es el resultado del trabajo de todos nosotros tratando de que ocurra un cambio positivo, buscando las causas para saber cómo es que llegamos a donde hoy estamos parados, es un proceso de repensar el futuro, aunque nunca debemos negar de nuestro pasado, porque tenemos que conocerlo para evitar repetirlo.
El resultado de la organización social, no tiene que ver con buscar beneficios gubernamentales únicamente, tampoco para hacer movimientos sociales por una causa exclusiva, sino que también podemos ser organizados para poner manos a la obra y hacer un verdadero llamado a la acción desde nuestra propia trinchera.
Los retos que tenemos de frente son muchísimos, la pirámide poblacional en 50 años va a cambiar tanto que tendremos menos nacimientos y las personas de la tercera edad serán la mayoría de la pirámide, y debemos prepararnos para enfrentarnos a una nueva etapa de crecimiento económico y desarrollo de México y Tamaulipas.
Es entonces que nuestra responsabilidad social también debe tener un giro, para que podamos hacer proyectos innovadores que representen un salto en capacidades tecnológicas, en impulsar las carreras del futuro y de enfrentar a todo aquello que apueste por la inmovilidad.
Necesitamos cambiar de manera individual, de manera colectiva y en la forma como hoy vivimos la organización en todos los sentidos, porque en la suma de los propios esfuerzos colectivos es como vamos a lograr emprender hacia un mejor futuro.