Ninguna mujer hemos estado exentas del “acoso callejero/sexual”, recuerdo y comparto que mi primer acercamiento con este tipo de actos, fue cuando tenia 12 años, venia de mi clase de música y subí al transporte público, el cual venia medianamente “lleno” por lo que me sujete de un tubo, comencé a sentir que algo frotaba una de mis pompas, pensé que era la bolsa de otra mujer, pero el frotamiento fue constante al voltear me di cuenta que era un hombre de aproximadamente unos 30 años, él que con su mano venia tocando una de mis nalgas, asustada me moví de lugar él me siguió, por lo que volví a moverme de mi lugar me puse al lado de una señora, la cual creo que comprendido el susto que manifestaba mi cara, se le quedo viendo y él se bajó del camión, esa experiencia nunca la olvidare, lo peor es que no fui capaz de contarle a nadie lo que me había pasado, callé y me guarde ese mal recuerdo solo para mí, tuve miedo de contarlo, pensé que yo había realizado algún acto para provocar a ese hombre. Esa no ha sido mi única mala experiencia ni siquiera llevo la cuenta de las veces de las que he sido sujeta del “acoso callejero” y la verdad no es porque sea muy guapa, la realidad es que toda mujer con las características físicas variadas que podamos tener hemos sufrido y pacido ese tipo de violencia.
Las mujeres hemos tenido que soportar desde los llamados galanteos, piropos, groserías, vulgaridades, y hasta vejaciones cuando reaccionas ante un hombre que ha tenido algunas de estas acciones, incluso sentir culpa por la manera en que te vistes, por ir sola, por pasar por un determinado lugar, o hasta por el horario. La calle dejo de ser un espacio seguro para nosotras desde hace mucho tiempo, agudizándose de una época para acá. Estos actos ejercidos por hombres se han vuelto cada vez mas violentos, desde la parte verbal, el tocamiento, el abuso sexual, y como expreso una experta en la materia “La violación es una consecuencia extrema del acoso sexual” (Rachel Jewkes)
Históricamente la violencia hacia la mujer ha sido aceptada y si como mujer rechazas la mirada lasciva o el “halago” por lo menos a mi me han dicho “ni que estuvieras tan buena” es decir existe una doble violencia: el hecho sexual primario y el rechazo tangible por la no aceptación del primer acto violento.
No soy yo, somos todas.
Jalisco se encuentra en el tercer lugar entre las entidades con mayor número de denuncias por acoso, en el período 2015 a 2018, solo por debajo del Estado de México y Guanajuato. Y aún cuando entre el 2015 y 2017 disminuyeron las denuncias en Jalisco no se puede acreditar a la baja de acoso sexual, sino muy probablemente a la desconfianza social que existe en las instituciones de procuración y administración de justicia en nuestro Estado. En Jalisco en el 2018, ocho de cada 10 mujeres sufrieron violencia callejera.
Otros aspectos para considerar en la disminución de las denuncias por este fenómeno es el sentimiento de impunidad, la falta de conciencia sobre la problemática y la carencia de educación en la materia, lo que da consecuencia el incremento de esta problemática.
¿Qué es el acoso sexual callejero?
Según el Observatorio Contra El Acoso se define como practicas de connotación sexual, ejercidas por una persona desconocida, en espacios públicos como la calle, el transporte o espacios semi públicos (universidades, plazas, etc) que suelen generar malestar en la víctima. Estas acciones son unidireccionales, es decir, no son consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una comunicación real con la persona agredida.
Tenemos las leyes que merecemos.
En esta semana se reformo el Reglamento de Policía de Buen Gobierno de Guadalajara, es la primera normatividad que sancionará de manera especifica el acoso callejero, la persona que sea detenida podrá ser sujeta a una sanción de 3 mil a 5 mil pesos o un arresto hasta por 36 horas, el que reincida además de las sanciones ya mencionadas deberá acudir a curso de sensibilización sobre el tema. Se procederá solo con el señalamiento de la víctima sin que necesariamente exista testigos.
La pregunta es ¿Por qué se debe elevar a falta administrativa el acoso callejero? Cuando hago referencia a la frase “tenemos las leyes que nos merecemos” es porque precisamente se debe regular una ley o reglamento las conductas que son antijuridicas en tanto no seamos conscientes como sociedad que los actos que dan como origen el acoso sexual son violencia hacia la mujer; debemos entonces sancionar estas acciones, alguien me preguntaba ¿y si es mentira y una mujer me señala como acosador? ¿Por qué no se exige que haya testigo del supuesto acoso? La respuesta es simple, la persona señalada y detenida será remitida a un juez municipal, el cual es conocedor del área del derecho, el señalado contará con abogado defensor adscrito al juzgado municipal, existirá el derecho de audiencia y defensa, el juez municipal siguiendo los principios del debido proceso, decidirá la situación jurídica de la persona señalada escuchando a las partes. Como sociedad debemos comprender que no sería necesario legislar esta conducta sino fuera una conducta sistemática, recurrente que sufrimos particularmente las mujeres en México y Jalisco como una de las cinco entidades con mayor incidencia en el acoso callejero.
Si bien es cierto la solución no es una política criminal represiva punitiva también lo es que entre tanto no existan las condiciones de protección a la mujer respecto a este tipo de violencia, se deberá recurrir a la sanción en la búsqueda de la disminución del acoso sexual callejero. Celebro la integración de la figura como una falta administrativa en el reglamento de policía y buen gobierno del municipio de Guadalajara.
