Por: Edgar Olivares (@Edgar_OlivaresG)

*Imagen Twitter @NicolasMaduro

Venezuela está al borde de la locura. Independientemente si el culpable de la crisis de esta “República Bolivariana” es Nicolás Maduro por su política de dictador o las sanciones norteamericanas al país sudamericano, quienes pierden en todos los casos y en todos los frentes son los ciudadanos.

Hace un par de días, en un video grabado por el periodista Jorge Ramos, se aprecia a tres venezolanos acechando un camión de basura para sacar algo de comida para sobrevivir, esto en las calles del pleno Caracas.

Las imágenes son reales: venezolanos comiendo de la basura. No son los únicos seres humanos que comen de la basura, seguramente en México también los hay e incluso en Estados Unidos, pero para el presidente Nicolás Maduro este video fue como una declaración de guerra, porque al verlo se puso furioso y canceló la entrevista que sostenía con el mismo Jorge Ramos, quien además fue el que le mostró el video.

Pero, ¡qué poco aguantas Maduro! Es increíble que el presidente venezolano haya aceptado la entrevista con Jorge Ramos y esperara que fuera una interlocución amena y sin sobresaltos, cuando históricamente Jorge ha sido muy ácido y directo en sus cuestionamientos y lo menos que podía esperar Maduro era eso, sin embargo, para el presidente de Venezuela el video fue demasiado.

Pero, por qué el enojo de Maduro, cuando pudo argumentar que no solo en Venezuela existe este tipo de situaciones, o decir que Estados Unidos es culpable de esta situación por las sanciones múltiples que ha aplicado a empresas vinculadas con Venezuela o con la petrolera PDVSA.

Fue demasiado para Maduro porque sabe que la situación de ese video es tan real como común en Caracas y en todo el país, por eso decidió confiscar (robar) el equipo de Univisión: cámaras, micrófonos, luces y el material de la entrevista, antes de aceptar o simplemente hablar sobre una prueba irrefutable de la grave crisis que enfrenta el país.

Los días de Maduro podrían estar contados o no, pero lo cierto es que para quienes defienden a este personaje, lo que no pueden defender es que ante la prensa se comporta como dictador, ante los otros poderes se comporta como dictador, habla como dictador, se mueve como dictador y por lo tanto: ES UN DICTADOR.

Nos leemos la próxima semana.