• Columna de opinión.
  • Escrita por: Eduardo González Velázquez.

Uno de varios pendientes sin resolver que dejará Andrés Manuel López Obrador a su sucesora Claudia Sheinbaum Pardo será el alto nivel de violencia que tenemos en el país. Si bien, se han reducido los homicidios dolosos con respecto a la cifra recibida del gobierno de Enrique Peña Nieto, no podemos afirmar que el problema está resuelto. De hecho, en algunos lugares del la República se ha agudizado la violencia e incrementado la inseguridad.

Dentro de la multiplicidad de violencias que experimentamos cotidianamente en diversos rincones del país, vivimos una que nos debe llamar urgentemente a tomar conciencia del problema y hacer lo necesario desde el gobierno y la sociedad civil para detenerla: la desaparición de niños y niñas.

Esta semana el Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños dio a conocer su reporte sobre la situación que viven los menores en nuestro país. Según el informe en cuestión, en México son desaparecidos catorce niños y niñas cada día, además da cuenta del creciente número de homicidios de niños y feminicidios de niñas, incluidos los cometidos por la policía. Hoy tenemos en nuestro país 17 mil 788 niños, niñas y adolescentes desaparecidos en un rango de edad de cero a diecisiete años. De ellos, 55% son niñas y el mayor porcentaje de los menores desaparecidos son a partir de los doce años de edad, este universo llega al 74 por ciento.

Frente a estos datos es evidente que el gobierno mexicano no está cumpliendo con su responsabilidad y obligación, y además violenta los tratados internacionales firmados por nuestro país que protegen y establecen los derechos de los menores.

Los miembros del Comité que presentaron el estudio recomendaron al nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum que garantice la protección de los derechos de los niños de acuerdo con “la Convención, el Protocolo Facultativo sobre la participación de los niños en conflictos armados y el Protocolo Facultativo sobre la venta de niños, la prostitución y pornografía infantil”, y con ello ayude a generar las condiciones necesarias para el desarrollo armónico de la niñez. La recomendación no debe ser tomada a la ligera por la administración entrante, por el contrario, debe ser una prioridad dentro de las nuevas estrategias de seguridad que se pondrán en marcha a partir del 1 de octubre. Es urgente, por ejemplo, que se realice una búsqueda inmediata de un menor reportado como desaparecido, para ello es necesario que se elimine el periodo de espera de 72 horas para iniciar el protocolo de búsqueda.

Una muestra clara de que la estrategia de seguridad de la 4T no ha dado los resultados prometidos son los miles de menores desaparecidos, pero también los adultos cuya cantidad pasa las 120 mil personas. El flagelo de la desaparición de personas es uno de los grandes problemas que tendrá que resolver el próximo gobierno federal con la colaboración de los gobiernos estatales y municipales.

  • Profesor Tec de Monterrey.
  • @contodoytriques