• Columna de opinión.
  • Escrita por: Oscar Miguel Rivera Hernández.

¡Hola! Una vez más les saludo y me permito dirigir a ustedes lectores, haciendo un análisis sobre la realidad del apoyo ciudadano al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la continuidad con Claudia Sheinbaum.

El pasado domingo, la jornada electoral desmintió rotundamente las afirmaciones de la oposición sobre un supuesto hartazgo ciudadano hacia el gobierno de Morena. A pesar de la intensa campaña de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, liderada por Xóchitl Gálvez Ruíz y respaldada por el PRI, PAN y PRD, los resultados demostraron otra realidad y ellos, los opositores, no fueron capaces de presentarse como una alternativa de futuro.

Y ese día de la elección, antes de que se presentaran encuestas de salida o junto con ellas, los líderes opositores llegaron a proclamar una victoria, tanto de Xóchitl, como en seis de las nueve gubernaturas en disputa, pero al final, solo pudieron retener la de Guanajuato, y eso con dificultades.

Este claro respaldo de los ciudadanos al gobierno de Morena evidencia que no existe tal cansancio con la administración de Andrés Manuel López Obrador. Por el contrario, la gente está conforme con las políticas y la dirección que ha tomado el país. Esto se refleja en la elección de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta mujer de México, quien gobernará con una mayoría calificada en la Cámara de Diputados y, posiblemente, también en el Senado.

La campaña de la oposición estuvo marcada por acusaciones y mensajes de descontento que no hicieron eco entre los electores. Se habló de los muertos por COVID, los asesinatos, los desaparecidos, el avance del crimen organizado, y la situación del sistema de salud. También se mencionaron supuestas fallas en obras magnas y el temor de convertirnos en otra Venezuela. Sin embargo, todos estos argumentos fueron vistos por la mayoría como parte de una guerra sucia y no como reflejo de su realidad.

Incluso la intervención de ciertos sectores del clero y de miembros incómodos del PAN no lograron cambiar la percepción positiva hacia el gobierno actual. La ciudadanía demostró tener claridad sobre sus prioridades y deseos, optando por la continuidad de un gobierno que consideran les ha cumplido más que otros en administraciones pasadas.

Hoy, después de que los resultados mostraran un contundente apoyo a Claudia Sheinbaum con una proporción de 2 a 1 en las votaciones, Xóchitl Gálvez ha salido a declarar que impugnará la elección, alegando una supuesta intromisión del crimen organizado en el proceso electoral. Estas declaraciones surgen después de que inicialmente reconociera el triunfo de Claudia Sheinbaum en su discurso. Esto levanta preguntas sobre las verdaderas motivaciones detrás de sus acusaciones.

¿Por qué Xóchitl Gálvez no mencionó estas preocupaciones durante su discurso de reconocimiento? ¿Por qué esperar hasta después para hacer tales afirmaciones? Parece que estas acciones podrían estar influenciadas por sus mentores y jefes políticos, encabezados por Claudio X. González, quienes posiblemente le dieron instrucciones para intentar judicializar la elección.

Este intento de judicializar la elección parece ser un último recurso desesperado tras una clara derrota. La amplia ventaja con la que ganó Claudia Sheinbaum hace improbable que estas impugnaciones procedan. La oposición, a pesar de la paliza electoral, parece no estar dispuesta a aceptar los resultados y continúa en su esfuerzo por difamar al gobierno actual.

Así, el resultado es claro: Claudia Sheinbaum se prepara para asumir la presidencia, respaldada por un amplio apoyo popular. Esta elección reafirma la confianza de los ciudadanos en el proyecto de Morena y desmiente cualquier noción de desánimo o hartazgo hacia su gestión. Las campañas de odio y fake news, en última instancia, no sirvieron para desviar la voluntad de un pueblo que busca seguir avanzando bajo la administración que consideran mejor para el país.
Atender el enorme rezago social ha sido una demanda constante de la vasta mayoría de la población. Este es un tema que López Obrador comprendió bien y trabajó para resolver durante su mandato. La esperanza de la gente es que Claudia Sheinbaum continúe con estos esfuerzos, asegurando que las políticas sociales sigan mejorando la vida de quienes más lo necesitan.

Nos encontramos ante un momento histórico que, lejos de mostrar descontento, destaca la aprobación y esperanza de la gente en un gobierno que promete seguir trabajando por el bienestar de todos. Y así, nos preparamos para el inicio de una nueva etapa bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, una etapa que, según la mayoría, seguirá construyendo el segundo piso de la transformación y promete un gobierno sin distingos. No leemos en la próxima.