El aumento del gasto militar en nuestro país sumado al avance tecnológico en equipamiento de seguridad son puntos que acercan a México para obtener los estándares que exige a sus integrantes la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Dichas acciones van en línea con los lineamientos establecidos por el organismo internacional para el ingreso de nuevos miembros en el ítem de sus presupuestos militares e incluso su equipamiento.
En las últimas dos décadas, exactamente desde principios de este siglo, los diferentes gobiernos de Estados Unidos han buscado que México se acerque a la OTAN, pero no cumplen con dicho propósito, porque los países miembros están en la obligación de cumplir el estándar de destinar al menos 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) al gasto militar; esa proporción actualmente se encuentra para nuestro país en 0.63%, con un gasto ya autorizado para la Sedena en el 2024 de 14 mil 824 millones de dólares.
Sin embargo, en un contexto de alta incidencia delictiva y debido al incremento exponencial de las capacidades tecnológicas de la delincuencia organizada, las Fuerzas Armadas mexicanas pudieron obtener tecnologías de seguridad con estándares internacionales, compartidas incluso con los cuerpos militares de los países integrantes de la OTAN.
Por ejemplo, EL UNIVERSAL, la semana pasada dio a conocer que el Ministerio de Defensa de España adquirió mil 800 cascos militares de origen mexicano que fueron enviados como una muestra de apoyo al gobierno de Ucrania por el conflicto que mantiene con Rusia.
