Reformas de AMLO unas positivas, otras de disparate. Para nutrir su discurso
Foto: Captura de pantalla de YouTube
  • Escrita por: Julio Ríos
  • Twitter (X): @julio_rios

Hay de todo como en botica. Unas buenas y otras técnicamente inviables. Pero a reserva de meternos a estudiar una por una, creo que están diseñadas con la máxima de: Tírale arriba para caer enmedio.

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Es decir. Cómo pasa en todas las discusiones legislstivas, no todas se aprobarán, y las que salgan, serán con una versión light.

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Un ejemplo la de pensiones, que de avalarse como viene, quebraría al Estado, pues que el gobierno se encargue de todas las pensiones al 100 por ciento sería crear un barril sin fondo. Eso no quiere decir que no se pueda mejorar el monto de retiro que recibimos los trabajadores, pero ojalá salga una propuesta menos radical y más llevadera.

Otras iniciativas son positivas y no deberían tener problema en pasar, como el reconocimiento de derecho público a los pueblos originarios, la propuesta contra el maltrato animal o la prohibición del fracking, práctica que destruye el medio ambiente.

Otras, no creo que se avalen, como la electoral, que ya no urge y lo más sensato es posponerse para 2025 (las anteriores se hicieron después del periodo electoral presidencial, y era muy valioso aprender de cada experiencia). O la elección de ministros y consejeros, que ya ue explicado porque es un desproposito. La eliminación de órganos autónomos necesita mayoría calificada y no le alcanzan los números a ninguno de los dos bloques para ello.

Lo cierto es que se aprueben, o no, AMLO sabrá aprovechar el discurso, enfocado a su mercado electoral y nutrirá la retórica contra sus adversarios. Una vez más el presidente está haciendo lo que mejor sabe: llevar a la oposición al terreno retórico en el que él está más cómodo.

AMLO está consciente de que en el ámbito electoral solo le basta con consolidar al voto duro que tiene y no necesita convencer a los votantes de Xochitl o de Maynez, que como hemos visto, son muchos menos.

Pero sin duda, AMLO busca influir más allá de su administración y por supuesto le está dictando la plana a su partido, sobre el rumbo que debería seguir el proyecto para la segunda parte de ese proyecto transexenal que él ha llamado Cuarta Transformación.