- Columna de opinión.
- Escrita por: Eduardo González Velázquez.
Los gobiernos no terminan hasta que concluyen, por lo tanto a nadie debe de toma por sorpresa las veinte iniciativas de ley enviadas por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador a la Cámara de Diputados. Si estamos o no en periodo electoral, los gobiernos deben continuar trabajando y parte de la responsabilidad del Ejecutivo es enviar iniciativas de ley al poder legislativo sin importar el momento en el que se realice. Podemos estar de acuerdo o no con ellas, pero no se puede obviar su discusión y su aprobación o su rechazo.
En una especia de exposición de motivos, el inquilino de Palacio Nacional afirmó que la esencia que subyace al paquete de iniciativas de reformas es retomar el espíritu de la Constitución de 1917, y resarcir el daño causado a la población por las políticas neoliberales impuestas en México en el periodo que corre del 1982 a 2018.
El paquete de iniciativas parece cajón de sastre, como en botica, tiene de todo. Veamos: la reforma al Poder Judicial, la electoral, de la Guardia Nacional, la desaparición de algunos organismos autónomos, la energética y la de trenes de pasajeros. La reforma al sistema de pensiones, la de salarios, la que pretende prohibir el consumo de fentanilo y otras drogas químicas, otra contra el maltrato animal y la de austeridad republicana, entre otras.
La reforma al Poder Judicial propone que jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sean elegidos por el voto popular. En lo que respecta a la Guardia Nacional la idea es que esta corporación sea incorporada a la Secretaría de la Defensa Nacional.
La iniciativa de reforma energética buscaría dejar a ese sector en manos del Estado. La de pensiones tiene como propósito devolver 100 por ciento el pago a los trabajadores, mientras la de salarios establecerá que el aumento a éstos sea por arriba de la inflación. La reforma en materia de austeridad republicana establecería los mecanismos necesarios para evitar los dispendios y mal uso de los recursos por parte del sector público.
En cuanto a la iniciativa para desaparecer los organismos autónomos, como el INAI, el Ifetel y la Cofece, se parte de la idea del alto costo que tienen y de lo poco eficientes que han resultado.
Todo lo anterior, con base en la narrativa presidencia.
Con las iniciativas presidenciales, López Obrador arrincona a la oposición. El PRI, PAN, PRD y MC se encuentran contra las cuerdas en medio de un periodo electoral, pues si votan a favor del paquete presidencial estarán dándole un espaldarazo al lopezobradorismo y si votan en contra, la población verá que no quieren beneficiarlos con las reformas propuestas por el presidente.
Desde luego, no todas las iniciativas pasarán la aduana legislativa, sin embargo, la oposición debe ser muy cautelosa en decidir cuáles apoya y cuáles no, y argumentar seriamente su decisión, de lo contrario el electorado cobrará la factura el 2 de junio próximo.
Me parece que los proyectos de reforma en materia de pensiones, salario mínimo, austeridad, energética y de la Guardia Nacional, podrían ser aprobadas por la oposición. Quien tendría algunos puntos a favor y no todos en contra frente a la población. Pues aprobaría unas reformas y rechazaría otras. De aprobar esas medidas, sería más sencillo dejar de lado las que tienen que ver con la desaparición de los plurinominales, la elección de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante voto popular, y la desaparición de los órganos autónomos.
Sea como sea, la jugada política de López Obrador impactará en el ánimo del electorado el próximo 2 de junio. Veremos quién cosecha más frutos.
- Profesor del Tec de Monterrey
- @contodoytriques
