Table Dance en el INAI golpe interno a un órgano que debería ser defendido con el buen ejemplo
  • Por: Julio Ríos.
  • X: @julio_rios

Si bien, aún falta conocer los resultados de la investigaciones formales, el ex comisionado del Instituto Nacional de Transparencia Oscar Guerra Ford, se retiró de su cargo como Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Transparencia , para no obstaculizar las pesquisas, por el escándalo del uso de una tarjeta corporativa en un Table Dance, si podemos comentar que flaco favor hacen estas conductas a los órganos garantes, en una época en la que más que nunca deben ser protegidos de los embates autoritarios.

Quienes se desempeñan en el servicio público y con mayor razón en instituciones que velan por la transparencia, tienen la obligación profesional y ética de tener un comportamiento intachable

Porque no solo se trata de cuidar su reputación (lo cual debería ser suficiente ) sino de no darle flanco a quienes quieren destruir instituciones, que si bien son perfectibles y deben ser transformadas y mejoría, no deben ser eliminadas.

Estás instituciones deben continuar como autónomas y no ser absorbidas por estructuras de gobierno (si fuera así, perderían su razón de ser, ya que no deben fungir como juez y parte).

Es imperioso un uso pulcro de los recursos públicos, pero también contar una especialización técnica (recuerden que hasta posgrados hay en la materia, porque no es sencillo entender estos temas).

Pero en los órganos garantes deben ser autocríticos. Admitir que ha habido y hay excesos, gastos superfluos y derroches imperdonables. Que a nivel nacional y en las entidades federativas, existen casos de quienes responden a los partidos políticos.

Y además, los especialistas en esta materia, se han metido en una burbuja que los han aislado de la sociedad. No se han preocupado por emprender procesos de pedagogía ciudadana sobre la importancia de sus funciones y por eso, tristemente, muchos creen que su existencia es una carga inútil para el erario y cuando son atacadas, la gente no se ha sumado masivamente a su defensa, como si ha ocurrido por ejemplo, con el Instituto Nacional Electoral, de quién es fácil entender sus atribuciones y su rol en el concierto democrático.

Si de verdad se quiere defender al INAI, se defiende con una conducta intachable. Quienes se desempeñan en estos cargos, deben entender que existe un bien mayor que proteger. Y es la transparencia.

Los comisionados y funcionarios, solo van de paso. Y el derecho de acceso a la información debe permanecer, como uno de los atributos inalienables de un régimen democrático.