Cifras alarmantes con el trabajo infantil, ya que aumentó en 21 entidades del país. Y ese fenómeno aportó a que el incremento nacional sea de 14% entre 2019 y 2022. Ahora bien, según la información de El Economista, el mayor reto se encuentra en Guerrero, donde la tasa de niños, niñas y adolescentes que trabajan en labores y condiciones no adecuadas para su edad pasó de 9 a 24.5% en dicho periodo.
El día de ayer (jueves 5 de octubre), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) difundió los resultados de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI). Dichas estadísticas indicaron que en 2022 la población infantil y adolescente trabajadora fue de 3.7 millones de personas, mientras que para 2019, cuando levantó la primera ENTI, fue de 3.3 millones de personas entre 5 y 17 años de edad.
En tres años, tiempo en el cual vivimos una inflación mundial desmesurada y pandemia, casi medio millón de niñas, niños y adolescentes empezaron a trabajar.
Por lo tanto, el reporte del Inegi destacó que la mayoría, el 51.1%, con edades de 5 y 14 años de edad; el 48.9% restante está en un rango de entre 15 a 17 años. Los niños son los predilectos de un sistema que pone todas las condiciones para la fuerza de trabajo infantil y adolescente sea explotada, ya que ellos representan el 60%.
“La cultura popular suele separar de forma tajante el mundo de la infancia y el mundo de la edad adulta”, declaró Graciela Márquez Colín, presidenta del Inegi, en la conferencia de prensa donde se presentaron estos resultados.
“Cualquier adversidad que afecte a las personas adultas incide también en las infancias. Si hay tiempos difíciles, seguramente también lo serán para la niñez. Pobreza, conflictos, cambio climático, enfermedades y un largo etcétera son ejemplos de las vulnerabilidades que marcan el rumbo de las familias”, concluyó Márquez Colín.
