El extravío de Felipe Calderón
  • Columna de opinión.
  • Escrita por: Eduardo González Velázquez.

El miércoles de esta semana Felipe Calderón dio la conferencia “Democracia y populismo en América Latina” en el Atlántico Instituto de Estudios, una institución de derecha presidida por José María Aznar, y la Universidad Francisco de Vitoria en España.

Más allá del pobre aparato crítico y teórico para abordar los conceptos de democracia y populismo, el fraudulento ex “presidente” de México, quien en 2006 se encaramó en la silla presidencial luego del fraude electoral el cual justificó con su lamentable frase “haiga sido como haiga sido”, afirmó que el proceso democrático en nuestro país se encuentra en grave riesgo y pidió la intervención del gobierno de Estados Unidos para que vigile las elecciones del año 2024.

Asimismo, hizo un llamado al Ejército Mexicano para que sean leales a la Constitución y no a una persona. Finalmente, arremetió contra el Frente Amplio por México constituido por el PAN, PRI y PRD, porque dijo que no tienen la capacidad operativa para vigilar las elecciones y para proponer opciones diferentes a la 4T para atraer al electorado. Para lograr eso se necesita tener más nivel y formación política, ética y académica (la sangre comenzó a correr por las comisuras de los labios del michoacano).

Por donde se vea, el llamado que hace Calderón a la Casa Blanca para que vigile nuestros comicios el año entrante es un despropósito del tamaño del desastre que fue su “gobierno”. Desde mediados de los años noventa del siglo pasado la sociedad civil y política mexicana hemos ido construyendo, a pesar de los obstáculos en el camino, un andamiaje político-electoral-jurídico para dar certeza a las elecciones.

En todo caso, en los últimos treinta años quien cometió el mayor fraude electoral para treparse en la presidencia de la República es precisamente quien ahora hace un llamado a un gobierno extranjero para que vigile el proceso electoral de 2024. El chiste se cuenta solo.

No necesitamos que nadie venga a certificar nuestros procesos electorales, hoy por hoy, la democracia electoral mexicana cuenta con bases sólidas para dar certeza y seguridad a los ciudadanos que participan en las elecciones.

La petición de Calderón y los comentarios del presidente del PAN, Marko Cortés, me recuerdan a los conservadores decimonónicos contrarios al gobierno de Benito Juárez rematando la silla presidencial a cualquier miembro de casi cualquier casa reinante europea. Antes de decir esos despropósitos, deberían verse en el espejo de nuestra historia.

Por cierto, no estaría de más saber qué piensa Xóchitl Gálvez y sus patrocinadores de los decires calderonistas.

  • Profesor de Tec de Monterrey.
  • @contodoytriques