El Frente Amplio por México se tambalea
  • Columna de opinión.
  • Autor: Oscar Miguel Rivera Hernández.

En el fragor de la contienda política que siempre pone en jaque el escenario preelectoral en México, emerge un cuestionamiento que se alza con fuerza: la elección interna del precandidato del Frente Amplio por México.

Si bien es innegable que el proceso de selección de aspirantes constituye un pilar fundamental de la democracia, en esta ocasión específica, un velo de incertidumbre y cuestionamiento se cierne sobre la veracidad y transparencia de todo el procedimiento, lo que todo apunta que su permanencia pudiera desquebrajarse.

Todo parece indicar que la decisión de que Xóchitl Gálvez se encumbrará como la precandidata por el Frente Amplio por México, una coalición que amalgama a los partidos PAN, PRI y PRD. Sin embargo, las circunstancias que rodean esta elección plantean interrogantes legítimos acerca de si la decisión ya ha sido predefinida por el comité organizador.

La celeridad con la que se ha desarrollado esta primera fase, constituye uno de los principales argumentos que nutre la incertidumbre. Parece como si esta etapa del proceso hubiera sido más un mero trámite que un análisis exhaustivo y una deliberación seria entre las variadas opciones disponibles.

Además, la percepción de que las cúpulas del PAN, PRI y PRD están sirviendo de comparsas y que ya han concertado sus acuerdos, arroja sombras de duda sobre la integridad del procedimiento. ¿Estamos siendo testigos de una auténtica elección interna, o simplemente estamos siendo espectadores de un elaborado espectáculo político diseñado para legitimar una decisión que ya ha sido urdida en las sombras?

Si Xóchitl Gálvez es la candidata del Frente Opositor ¿Qué ganan el PRI y el PRD? Esta incógnita está a la luz de todos, obtendrán posiciones en candidaturas a las diputaciones y de algunas presidencias municipales, en los estados donde las elecciones estatales se empatan con las federales. Pero ¿Qué pasa si el Frente Amplio se cae?

Un reciente caso que resonó en los oídos de muchos y que fue una zancadilla a este Frente, fue el del exlegislador panista, Jorge Luis Preciado Rodríguez, quien, tras 29 años de militancia en el PAN, abandonó sus filas debido a presuntas irregularidades en el proceso del Frente Amplio por México. Denunció que todo el procedimiento era una artimaña, orquestada desde antes.

Estos señalamientos en contra del proceso no son novedad. Recordemos que, antes de que la contienda siquiera comenzara, la senadora panista Lilly Téllez abandonó la competencia, cuestionando la transparencia y el método que se emplearían para elegir al abanderado del Frente Amplio.

Siguiendo la misma línea, la senadora priista Claudia Ruiz Massieu también manifestó sus dudas sobre la forma en que se escogería al precandidato presidencial de la oposición. Incluso Xóchitl Gálvez, la favorecida del Frente, llegó a cuestionar la autenticidad de las firmas y expresó su desconfianza hacia la plataforma, debido a los cambios repentinos que surgieron una vez iniciado el proceso.

En el instante de revelar los resultados de esta etapa inicial, Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles, contendientes del Frente Amplio por México por el PRD, elevaron sus voces en protesta frente a los desenlaces. Afirmaron haber cumplido con los requisitos exigidos, más se encontraban perplejos por haber sido excluidos de manera inexplicable. Con vehemencia, Silvano Aureoles, a través de su cuenta de Twitter, declaró: “Yo no acepto chicanadas, soy un hombre de leyes e instituciones”.

En un vídeo compartido en la misma plataforma por Aureoles, la dirigencia del PRD, liderada por Jesús Zambrano, alzó su voz de manera enfática, exigiendo una aclaración de las irregularidades presentes en el proceso. Denunciaron que se aplicaron criterios ajenos a los contemplados en la convocatoria original.

Anunciaron su permanencia en el Frente, pero decidieron tomar una pausa en su participación en el comité organizador hasta que se diluciden las inconsistencias que han resultado en la exclusión de sus dos aspirantes, Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles.

La militancia de los partidos que dan vida a este Frente Amplio merece una explicación franca y minuciosa sobre cómo se llegó a la exclusión de ciertos aspirantes que alegan haber cumplido con las formalidades requeridas. No es posible continuar con esa farsa y es imperativo que las direcciones de los partidos involucrados aborden y esclarezcan estas inquietudes de manera abierta y si es una artimaña detrás de puertas cerradas, mejor será tirar la toalla.

En última instancia, las dudas en torno a la autenticidad del proceso y las decisiones adoptadas por el Comité organizador, donde están, las direcciones del PAN, PRI y PRD nos instan a cuestionar la democratización e integridad de estas instituciones políticas y si, después de esas declaraciones de la dirigencia y aspirantes del PRD, seguirá en el frente opositor o no.

Según se ve, este teatro orquestado por el fundador del Frente Amplio por México, Claudio X. González tiene bien marcado el desenlace de la contienda interna y que, desde luego, no les alcanzará para contender en el 2024 contra el candidato de Morena.