La Red Todos los Derechos para Todas y Todos, el Congreso Nacional Indígena (CNI), el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, entre otras organizaciones, demandaron “romper el silencio” en cuanto a la violencia que se vive en Chiapas y que afecta de manera más severa a las comunidades zapatistas.
Mediante una conferencia de prensa, donde recordaron al historiador Adolfo Gilly, que falleció ayer y era cercano al pensamiento zapatista, indicaron que en el estado operan “con total impunidad” grupos paramilitares, del crimen organizado y narco-paramilitares.
“Chiapas vive tiempos de extorsión, balaceras, desplazamientos forzados, trata de mujeres y migrantes, tráfico de drogas, secuestros, asesinatos de personas defensoras del territorio, de periodistas y de feminicidios”, destacaron.
También detallaron como ejemplo lo que sucede en Chicomuselo, zona en donde paramilitares “acechan a la población para que dejen de oponerse y autoricen reabrir una mina de barita, originando desplazamientos forzados”. En Comalapa, destacaron, las disputas territoriales entre grupos del crimen organizado que provocan que diferentes comunidades deban abandonar sus hogares.
Ahora bien, indicaron que la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao), “que al menos desde el año 2000 ha operado al servicio de distintos gobiernos, partidos políticos y grupos de poder en la región, ha realizado entre 2019 y 2023 más de 100 ataques contra poblados zapatistas pertenecientes al Caracol 10, Floreciendo la Semilla Rebelde”.
Carlos González García, perteneciente a la coordinación del CNI, detalló la preocupación de que se protejan despojos de territorios de los pueblos originarios, y que específicamente en Chiapas “se apuntala este proceso de contrainsurgencia”.
