Según el Plan de Migración y Desarrollo de la Frontera Norte y Sur, que el gobierno de López Obrador creó en el 2019 para evitar que el presidente de aquel entonces de Estados Unidos, Donald Trump impusiera aranceles a productos mexicanos, el canciller Marcelo Ebrard, es el responsable de la política migratoria durante la gestión de AMLO.

Bajo ese contexto, el canciller aparece como el coordinador general en el organigrama del plan y es el principal responsable de que se cumplieran cinco tareas básicas.

La primera fue coordinar el despliegue de los elementos de la Guardia Nacional en procura de contener el paso de migrantes indocumentados desde la frontera sur. Dicha medida se coordinó con el Instituto Nacional de Migración (INM); comenzó un plan de inteligencia para detener a traficantes de personas.

La segunda tarea fue disponer de la infraestructura en la frontera sur para el otorgamiento de visas, registro de indocumentados, repatriación de los migrantes y empleo en México.

También, el plan, destaca por la custodia de migrantes en centros de detención e instalación de albergues; sin dejar a un lado la atención integral para los deportados desde EE.UU. que tienen que esperar en México su resolución de asilo.

La aplicación del programa Sembrando Vida se encuentra dentro de las tareas contempladas dentro del plan y lo mismo ocurre con la búsqueda de financiamiento internacional para el desarrollo de las naciones centroamericanas.

Vale destacar que, el responsable de la diplomacia mexicana tuvo un fuerte cruce durante la semana actual con el secretario de Gobernación Adán Augusto López, como consecuencia de la responsabilidad en el incendio en una estación migratoria en Ciudad Juárez, Chihuahua, en el que fallecieron 39 migrantes, la mayoría procedentes de Centroamérica.

Mediante una entrevista radiofónica, Adán Augusto López destacó que el canciller es el responsable de la política migratoria, tal y como lo confirma un acuerdo interno del gobierno de López Obrador.