Nablus ocupación, violencias y sectarismo
  • Francisco Daniel Abundis Mejía – Desorientados
  • RUMBO MX

Poco o nada se ha dicho en la prensa internacional sobre las ultimas horas en Nablus. Y es que pensar en dicho nombre no evoca los imaginarios orientalistas; tampoco, a los grandes capitales de las Petromonarquías.

Sin embargo, la “Naplusa romana” fue una de las grandes ciudades de la región de Oriente Medio para distintas culturas, ruta de comercio y caravanas. Pero, también una urbe que ha sido testigo fiel de la construcción de la identidad palestina.

¿Qué sucede en este enclave del norte palestino? Para entenderlo se debe contextualizar la escalada en la violencia a partir de mediados de 2022, cuando debido a las condiciones en el terreno, y las constantes violencias israelíes, surgió un grupo armado con características sui generis. “La guarida del león” emergió como un modelo de resistencia atípico en la experiencia palestina, un grupo de jóvenes que partieron de dos premisas fundamentales:

  1. Se identifican como musulmanes, pero no comparten la narrativa de un modelo de corte islamista (asumiendo el fracaso que representa Hamás como alternativa en la Franja de Gaza)
  2. No forman parte de ninguna facción política en Palestina, es decir, conciben a los dos principales actores políticos en el territorio ocupado como entes corruptos, inverosímiles y que incluso forman parte toral del fracaso del “proceso de paz”.

Entonces, en un tejido social tan roto, resulta simple el surgimiento de resistencias. Sin embargo, hemos normalizado las violencias a tal grado en donde jóvenes de entre quince y veinte años han salido a los espacios públicos con armas, y sin ninguna otra narrativa que la de poner fin a la ocupación israelí en suelo palestino.

El líder de dicho grupo fue abatido por miembros de las Fuerzas de Defensa Israelí después de ser buscado por meses; así y después de su “martirio” en términos de la resistencia “Ibrahim al Nabulsi” se convirtió en el último símbolo de la búsqueda de una nación libre y autodeterminada para las comunidades palestinas.

En este escenario de violencias, desigualdad y constantes intervenciones por parte de ejército israelí es que se ha venido generando un caldo de cultivo para la presente coyuntura.

El asesinato de once palestinos, y después la respuesta con la muerte de dos colonos israelíes. Tales sucesos han llevado a una escalada de violencia sin precedentes, en boca de los palestinos se está viviendo uno de los peores momentos en las últimas décadas.

Redadas, toques de queda, quema de vehículos, pero sobre todo sectarismo y xenofobia por parte de los colonos en contra de los habitantes de Nablus han sido las constantes en las ultimas horas.

Las constantes “intervenciones quirúrgicas” por parte del Estado de Israel, han hecho que distintas organizaciones internacionales se pronuncien al respecto; por ejemplo, “médicos sin fronteras”, se ha posicionado en función del cierre de accesos a la ciudad y a las urgencias médicas se han presentado desde la última semana de febrero.

Por si lo anterior no fuera suficiente, el gobierno israelí se encuentra en medio de una crisis de legitimidad sin precedentes. El primer ministro Benjamín Netanyahu no logra cohesionar a los distintos sectores de la sociedad israelí.

La sombra de sus escándalos por corrupción, el alto costo de los productos de primera necesidad, la falta de oportunidades, y la búsqueda de mejores condiciones de vida de los más vulnerados, en comparación por los privilegios de los judíos más ortodoxos; siguen siendo factores que mantienen en pie de lucha a los y las manifestantes que han salido a recuperar espacios públicos en ciudades como Haifa, Jerusalén, y Tel-Aviv.

Lo anterior sigue comprando la hipótesis que un servidor mantiene en torno a las incursiones israelíes en suelo palestino. Las intervenciones israelíes en la Palestina ocupada son directamente proporcionales a la crisis de la “Democracia israelí”.

En esta ocasión no es Gaza, tampoco la resistencia islamista lo que esta marcando el pulso de las necesidades políticas de Netanyahu.

Hoy, la respuesta se encuentra en uno de los bastiones históricos de la resistencia identidad Palestina. Sin embargo, el choque de barbaries se mantiene, la sangre se sigue derramando, la comunidad internacional enmudece y el Estado de Israel sigue ejerciendo el peculiar privilegio de ser sordo, y que le fue otorgado a principios de 1948.