La próxima semana comenzarán las audiencias del caso contra Genero García Luna en la corte del Distrito Este de Nueva York.

El exsecretario de Seguridad Pública en el “gobierno” de Felipe Calderón es acusado de cinco delitos: tres por conspiración de narcotráfico que incluyen sobornos millonarios por parte del cártel de Sinaloa para introducir cocaína a la Unión Americana, uno más por pertenencia continuada a una organización criminal y otro por emitir declaraciones falsas a las autoridades estadunidenses cuando solicitó la ciudadanía de ese país en 2018.

Se estima que el juicio concluya en dos meses teniendo cuatro sesiones por semana. El acusado enfrenta una condena máxima de cadena perpetua y una mínima de 20 años de prisión si es declarado culpable. Además de conocer el veredicto del jurado sobre la culpabilidad o no García Luna, estoy cierto que el juicio debe arrojar información suficiente para contestar las siguientes preguntas.

¿Cuáles funcionarios de los gobiernos mexicanos y estadunidenses estaban enterados de los delitos de que se le acusa a Genaro García Luna? ¿El exdirector de la Agencia Federal de Investigaciones actuó solo o en contubernio con otros funcionarios? ¿Los millonarios sobornos que se afirma recibió por apoyar al cártel de Sinaloa quedaron únicamente en sus manos o los repartió con otros personajes?

¿Por qué las autoridades estadunidenses lo catalogaban como un colaborador esencial en la lucha contra el crimen organizado? ¿No se dieron cuenta de su maridaje con el crimen organizado mientras lo utilizaban en la lucha contra el narco? ¿Cuál es el grado de involucramiento de Felipe Calderón en los delitos que se le imputan a su exsecretario de Seguridad? ¿Se puede aceptar que en las más altas esferas de la lucha contra el crimen organizado se ignoraban las actividades delictivas de García Luna?

¿Por qué si había denuncias contra García Luna desde tiempos de Calderón, las autoridades estadunidenses no hicieron ningún señalamiento? ¿El gobierno de Estados Unidos guardó silencio sobre las actividades delictivas del inculpado para seguir adelante con la Iniciativa Mérida?

¿El silencio estadunidense también buscaba el apoyo de las autoridades mexicanas en la operación Rápido y Furioso mediante la cual la oficina de control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés) le enviaba al cártel de Sinaloa miles de armas de alto poder?

¿Fue García Luna el principal operador de Washington en México para aceitar el tráfico de droga a la Unión Americana? ¿Con base en qué elementos la Casa Blanca se desbordaba en distinciones, elogios y reconocimientos al trabajo de Genaro García? ¿Por qué se decidió el gobierno de estadunidense actuar contra su antiguo colaborador 15 años después?

¿Aceptará García Luna cargar en solitario con todos los cargos que le imputan o decidirá hablar para repartir culpas con sus colaboradores mexicanos y estadunidenses? ¿Terminará siendo el único inculpado en una operación de control de daños que exonere a altos integrantes de la red criminal?

¿Por qué no se permitirá que los fiscales muestren la riqueza acumulada por el exsecretario de Seguridad Pública desde que dejó el cargo como prueba de su relación corrupta con el cártel de Sinaloa?

Sin duda, más allá del veredicto, el juicio contra Genaro Garcia Luna arrojará luz sobre los entretelones del narcotráfico en México y Estados Unidos, así como el maridaje entre criminales y autoridades.

  • Profesor del Tec de Monterrey
  • @contodotriques