Desorientados

Por: Francisco Daniel Abundis Mejía[1]   

 

Cuando se piensan en el islam, sigue existiendo mucho desconocimiento en diversas latitudes. Pareciera que es en suma distinta a las narrativas judeocristianas, y que poco o nada tiene que ver con la visión del mundo que ha permeado en occidente.

Se tiende a generar una asociación casi en automático entre árabe y musulmán; nada más erróneo. Y es que hablar de lo árabe, es hablar de etnia, y es hablar de lengua, y hablar de lo “musulmán”, implica una praxis religiosa, que tienen los mismos orígenes que el judaísmo y el cristianismo, “El profeta Abraham”.

En tal tenor, lo árabe permeó en occidente en varios elementos; que van desde lo culinario, lo arquitectónico, lo artístico, lo cultural, pero también lo lingüístico: recordemos que existen al interior de la lengua de Cervantes alrededor de “4000” palabras de origen árabe, producto de la presencia árabe en territorio español.

Hoy, que alrededor del mundo se conmemora la “Semana santa”, habría que echar un vistazo puntual a otras manifestaciones religiosas: particularmente, al Islam. Año con año, los musulmanes en todo el mundo conmemoran el inicio del mes sagrado del Ramadán. Pero ¿Qué implica el Ramadán? ¿Es la semana santa para los musulmanes?  Antes que nada, no podemos caer en comparaciones religiosas, el islam es la tercera de las religiones monoteístas, y las celebraciones del Ramadán a lo largo y ancho del mundo implican recordar el inicio de las revelaciones sagradas por parte del Arcángel Gabriel al profeta Mahoma.

En tal escenario, partamos de dos narrativas fundamentales para el entendimiento de tal religión:

  • El islam parte de 5 preceptos fundamentales
  • El islam es una de las religiones más extendidas hoy en el mundo

¿Cuáles son dichos preceptos?

1) “No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta,

2) Ayunar durante el mes sagrado del Ramadán

3) la limosna

4) la peregrinación a La Meca

5) la oración

En tal tenor, ayunar: es decir no ingerir alimentos o bebidas desde que sale el sol, hasta que se oculta: siempre y cuando se esté en condiciones óptimas de salud es uno de los preceptos de fe más importantes para la “umma” (comunidad musulmana).

Cabe considerar que, al romper el ayuno, es tradición una “gran merienda en comunidad”, que se conoce como “iftar”.  Habría que considerar que el islam no se rige por el mismo calendario que nos regimos en occidente, el calendario “Gregoriano”. Los musulmanes utilizan un calendario lunar; actualmente la “umma” se encuentra en el año 1443. Destaquemos que el inicio de tal temporalidad parte de la huida del profeta Mahoma de la ciudad de La Meca a Medina en el año 622 en términos de una persecución ideológica y política entre clanes y tribus en Arabia.

Entonces, ¿Qué implica para todo musulmán el Ramadán? Básicamente una etapa de reflexión para convertirse en un mejor ser humano, y un mejor musulmán” recordemos que el ayuno implica dejar de lado “malos pensamientos”, actos carnales, y evitar alimentos y líquidos. Durante todo el mes.

¿Se ha politizado el Ramadán?

La realidad es que sí, sobre todo, en países occidentales en donde existe una gran comunidad musulmana. Se ha buscado establecer perspectivas laborales, que coadyuven a un mejor desarrollo de dicho sector de la población durante su “mes sagrado”. Sin embargo, existen algunas narrativas desde las derechas más conservadoras, particularmente en el continente europeo, que siguen apelando a una falta de dialogo interreligioso y que bajo el sustento de la eterna laicidad de occidente, siguen cuestionando dichas praxis religiosas; mientras que con singular decoro se siguen reproduciendo “judeas”, “procesiones”, y otras manifestaciones religiosas de índole judeo-cristiano que también implican coartar los principios básicos de dicho cano occidental: el laicismo.

Entendamos pues la diversidad, y comprendamos que hay un mundo más allá de occidente y la perspectiva judeocristiana que se nos ha impuesto; rompamos mitos, y hagamos un ejercicio de deconstrucción, abramos el horizonte epistemológico a nuevas ideas y, sobre todo, a la comprensión de manifestaciones religiosas que más allá de clichés y estereotipos: parten del mismo mensaje, los mismos profetas, e incluso narrativas patriarcales que tanto daño han hecho a las mujeres y minorías en el mundo.

En fin, dos de las grandes religiones en el mundo coinciden este año con sus dos celebraciones más importantes: Ramadán, y semana Santa, en tiempos, en donde, hace falta paz, justicia social y equidad; que el mensaje sea ecuánime, y que seamos, y sigamos siendo humanos, No hay más.

 

[1] Francisco Daniel Abundis Mejía, Licenciado en Relaciones Internacionales por el ITESM, Campus Guadalajara. Mtro. en Estudios en Relaciones Internacionales y Dr. en Ciencias Políticas y Sociales con campo disciplinario en RR.II. por la FCPyS de la UNAM. Realizó estudios y estancias de investigación en la Arab American University of Beirut, y la Arab American University of jenin. Actualmente es profesor de tiempo completo de la Escuela de Gobierno y Ciencias Sociales del ITESM, Campus Guadalajara.