Las detenciones de dos poderosos capos en Colima y Tamaulipas, que desataron reacciones violentas de integrantes del crimen organizado, podrían ser la señal de que la famosa proclama de “Abrazos no Balazos” ha quedado en el olvido.

Al inicio del sexenio, el gobierno de la Cuarta Transformación encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, dejó en claro que ahora el principal pivote de su política de seguridad sería la entrega de apoyos sociales y el impedir que los jóvenes se sumen a los grupos de la delincuencia y que había quedado atrás la estrategia aislada de detención de grandes capos.

 

Los resultados no fueron los esperados, pues aunque las cifras federales reflejan una reducción de homicidios, los eventos de alto impacto han sacudido a la opinión pública por la brutalidad de los delincuentes. El último ejemplo, el fusilamiento de personas en San José de Gracia, Michoacán. Se pensaba además que la Unidad de Inteligencia Financiera sería pivote fundamental al congelar el brazo económico y el flujo de dinero a estos grupos, lo cual no ocurrió, al menos no en todos los casos.

 

Es por eso que algunos analistas consideran que la estrategia está cambiando, sobre todo luego de la firma del Entendimiento Bicentenario que sustituye a la Iniciativa Mérida.

 

 

“Del tema se habló en la reunión México-Estados Unidos, cuando menos del caso del noreste (Treviño tiene solicitud de extradición), según lo declarado por el canciller Marcelo Ebrard. Lo sucedido muestra que México se ajusta a los requerimientos de la potencia vecina (el Entendimiento Bicentenario), deja de lado la intención original de no centrarse en la captura de “líderes” del crimen organizado y abre el camino a acciones más enérgicas”, señaló en su columna del 15 de marzo, el periodista Julio Hernández, mejor conocido como “Astillero”.

 

El periodista y conductor de Imagen Jalisco, Enrique Toussaint señala que el gobierno efectivamente se está yendo contra altos mandos de los grupos delincuenciales y coincide con que esto denota un cambio de estrategia.

 

“El gobierno está cambiando sin decirnos, porque hasta ahora era: no me meto con ellos. Y por lo tanto no había reacciones de este tipo, narcobloqueos, ni nada por el estilo. Eso se recuerda mucho del sexenio de Felipe Calderón, donde había muchas cosas de esas. Yo creo que hay un cambio de estrategias del gobierno, sin decirnoslo. Yendo contra mandos medios y mandos altos. Eso es una estrategia muy distinta a la que habíamos visto en el sexenio”, apuntó el también columnista de Milenio.