El viernes pasado mediante una votación virtual la OEA declaró ilegitimas las votaciones nicaragüenses mediante una propuesta iniciada por países como Canadá, Chile, Costa rica y Estados Unidos. Esta fue aprobada por 25 Estados y contó con 7 abstenciones entre ellas la mexicana.

Las elecciones nicaragüenses fueron celebradas el pasado 7 de noviembre, en las cuales resultó ganador el actual presidente Daniel Ortega con el 75% de los votos sobre el Partido Liberal con un 14% de apoyo.

Durante la reunión de la Asamblea General que se celebró del 10 al 12 de noviembre, los países recalcaron la falta de herramientas que se dio en las elecciones del país centroamericano para permitir una contienda libre y democrática, acusando que los siete aspirantes a la presidencia fueron previamente encarcelados al ser calificados de “traidores” por el régimen sandinista.

“No fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática“, sostiene el documento de Ortega, quien ha estado en el poder desde 2007 volvió a ser reelegido con su esposa, la cual es la vicepresidenta del país desde 2017.

Mas de 4 millones de ciudadanos nicaragüenses estaban habilitados para votar en las urnas, sin embargo, el observatorio independiente Urnas Abiertas destacó una abstención ciudadana del 81%.

Además de los países Americanos, la Unión Europea ha rechazado los resultados. Sin embargo, el mandatario nicaragüense todavía cuenta con el apoyo de Rusia y del régimen venezolano, los cuales respaldaron los resultados y consideraron el dictamen de la OEA como una agresión a la soberanía por parte de Washington.

Durante el día de la votación Ortega calificó de “no patriotas” y de “no nicaragüenses” a los opositores, aludiendo a que estos se encuentran a favor del imperialismo estadounidense.

Dentro de Nicaragua los ciudadanos y las fuerzas políticas contrarias han vivido un sentimiento de miedo y violencia por parte del Estado, el cual ha mantenido un régimen de control total sobre el Parlamento y el proceso electoral. Asimismo, el gobierno se ha caracterizado por múltiples denuncias de encarcelamientos y acoso hacia periodistas, políticos, activistas sociales y estudiantes.

En su documento el Consejo de la Organización de Estados Americanos ha pedido la liberación de 39 líderes opositores, siendo siete de ellos precandidatos presidenciales.

Por su parte Ortega ha rechazado esta Resolución y ha alegado la intromisión de esta hacia asuntos internos del país, de igual manera ha defendido sus alegaciones al declarar una supuesta participación ciudadana del 65% en las elecciones.

Para el 30 de noviembre el Consejo Permanente de la OEA deberá realizar una evaluación colectiva sobre la situación nicaragüense para después tomar acciones debidas, las cuales podrían resultar en la suspensión de Nicaragua en la Organización si se cuenta con un mínimo de 24 votos a favor.