En un intento desesperado por su supervivencia, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) podría cambiar su nombre, logotipo y colores, en busca de una imagen más moderna.

Así lo admitió en una entrevista radiofónica en el programa del periodista Enrique Toussaint, la ex coordinadora de la bancada de este partido en San Lázaro, Verónica Juárez Piña.

“Efectivamente, nos vamos a reunir este fin de semana y está en las posibilidades, un cambio de nombre, un cambio quizá de logotipo o de colores. Lo tenemos que valorar en el Consejo Político”, señaló la legisladora de origen jalisciense.

En la elección de 2021 el PRD jugó en la alianza Va Por México, integrada también por sus rivales históricos: el PAN y el PRI. El “Sol Azteca” obtuvo un millón 746 mil 907 votos, apenas el 3.6 por ciento y por “un pelo de rana” conservó el registro.

La desbandada y la agonía

La agonía del PRD se precipitó cuando Andrés Manuel López Obrador, que fue candidato presidencial en 2006 y 2012 por el “Sol Azteca”, decidió fundar al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que no solo se convirtió en el principal partido de izquierda, sino en la primera fuerza política del país.

De la mano de López Obrador, se dio una desbandada de perredistas notables como Claudia Sheinbaum, Alejandro Encinas, Martí Batres, Porfirio Muñoz Ledo, Mario Delgado, entre otros. Y en un segundo momento se fueron sumando Marcelo Ebrard o Ricardo Monreal.

Un poco de historia

El PRD fue fundado en 1989 como una gran coalición de izquierdas mexicanas. Aglutinó a pequeños partidos políticos y corrientes que giraban en torno al “cardenismo”, luego del éxito de la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, quien en 1988 sufrió un fraude electoral y en tres ocasiones intentó llegar a la Presidencia de México.

Entre sus fundadores destacan próceres de la izquierda como Heberto Castillo, el mismo Cárdenas, Ifigenia Martínez, Muñoz Ledo o Rosario Ibarra de Piedra. Entre las corrientes que se aglutinaron en el PRD están el extinto Partido Comunista Mexicano, el Partido Mexicano de los Trabajadores y el ala izquierdista del PRI. La ideología del PRD fue más o menos consistente durante 30 años: un partido de orientación social demócrata, con énfasis en las libertades individuales y la defensa de la soberanía de los recursos energéticos.

El PRD resultó un proyecto ganador en la Ciudad de México en 1997 con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas y gobernó la capital hasta 2018, con Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera. Además que tuvo bastiones históricos en Michoacán, Guerrero o Tabasco.

Sin embargo, la vida interna del PRD siempre fue complicada, por la presencia de tribus como “Los Chuchos”, “Los Amalios”, “Los Galileos” o “Los Bejaranos”, que se daban hasta con la cubeta con tal de obtener candidaturas. Asambleas que terminaban en gritos y sillazos, solían ser reportados en los medios de comunicación frecuentemente.

El declive electoral e ideológico

Con la diáspora lopezobradorista, el partido se quedó en manos de los perredistas más pragmáticos: “Los Chuchos”, quienes no tuvieron recato en acordar con el peñismo y firmar el Pacto pro México. En 2018 fueron más allá al unirse electoralmente con el PAN para postular al malogrado Ricardo Anaya.

Extraviado, el PRD fue disminuyendo sus porcentajes de votación. Del 29 por ciento que obtuvo en 2006 para la Cámara de Diputados, en 2018 apenas superaron el 4.5 por ciento y en 2021 el 3.6.

Muchos auguraban la perdida de registro del “Sol Azteca” en el 2021. La coalición Va por México les dio respiración artificial y apenas arañaron la sobrevivencia, pero todo indica que al partido no le queda mucho tiempo de existencia.

A punto de apagarse, el “Sol Azteca” busca cambiarse de nombre y colores en un intento desesperado para evitar un inminente colapso.