Gran parte de la identidad nacional se basa en las costumbres que desenvolvemos diariamente como pueblo. Las hay tan distintas como distantes son entre sí las diversas regiones del país, pero existen algunas que son “mexicanamente universales”. Busque usted una porción nacional en donde no se coma la tortilla de maíz, por ejemplo.

Oficial y legalmente, son el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales los símbolos patrios encargados de darnos una identidad. Como tales, existe una amplia, pero a veces poco explorada legislación en la materia.

En el caso del escudo, ha sido curiosa la metamorfosis que sufre con cada período presidencial, es decir, cada sexenio. Parece perseguir más el fin de darle una identidad al gobierno en turno, que en mantener la propia del pueblo mexicano.

No importa si el águila ya no se ve muy mexicana (la ley dice expresamente que debe ser un águila mexicana la que se estampe en el escudo). El objetivo es que distinga que ha comenzado un nuevo sexenio.

La bandera es, muy probablemente, el símbolo patrio más presente en la vida del país. No se limita por la formalidad de un acto, mucho menos por el hecho de que ese acto sea oficial. Si se trata de un partido de la selección mexicana de fútbol, la bandera estará presente. Si pelea un púgil mexicano, ahí estará la bandera.

El caso del himno tiene algo especial. Una de sus características es su solemnidad. Pareciera requisito primordial el poner cara de haber asistido a un servicio fúnebre para entonarlo correctamente.

Otra característica es lo complicado de aprenderse cada una de sus estrofas. La versión oficial, es decir, la que se encuentra en el artículo 57 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, se compone de cuatro estrofas, con bastantes palabras que no son de uso común.

¿Sabe usted qué significa bridón? ¿Blasón?

La palabra aprestar (que se utiliza en su imperativo “aprestad” en la primera estrofa) tiene una acepción que no guardaría sintaxis de acuerdo al sentido que se le quiere dar en el himno: aderezar. Por lo tanto, es la otra acepción la aplicable: aparejar, preparar, disponer lo necesario para algo.

Más aún: el sentido bélico (no necesariamente beligerante) del himno mexicano es notorio desde el comienzo. Su composición es una especie de celebración de las victorias que la patria obtuvo en distintos conflictos armados, pero también alerta al mexicano a nunca bajar la guardia por las posibles amenazas que podrían poner en riesgo al país.

Obviamente, esa letra tuvo un contexto para su composición. De ahí su sentido.

Por otra parte, no en el aspecto oficial sino en el plano de lo artístico, se ha llegado a considerar el célebre Huapango, de José Pablo Moncayo, como el segundo himno nacional.

La composición de Moncayo, curiosamente, se presentó en el Palacio de Bellas Artes dos años antes de que el Himno Nacional se declarara oficial. Desde luego, el himno había sido compuesto prácticamente un siglo antes, pero fue hasta 1943 en que se declaró oficial.

También cabe guardar las justas proporciones entre ambas composiciones. No se trata propiamente de compararlas, pero es inevitable admirar la composición del veracruzano que logra integrar en una sola pieza musical a todos los diversos méxicosque existen en México.

Lo hace más admirable, aún, el hecho de que Moncayo aplicó o utilizó la influencia de los sones de su tierra, como es natural, pero con una combinación de ritmos tradicionales que trasciende a la Huasteca y le da vida a una composición ampliamente mexicana.

Al parecer, todo indica que el compositor se propuso ese objetivo y, de ser así, lo logró con genialidad y maestría. En lo personal, le recomiendo ampliamente escucharlo bajo la dirección de Alondra de la Parra o de Gerardo Urbán.

En tal sentido, usted elija cuál pieza despierta más su mexicanidad: ¿Himno Nacional o Huapango?

* Licenciado en derecho y maestro en transparencia y protección de datos personales. Actualmente ejerce en el Poder Judicial de la Federación. También ha prestado sus servicios al INAI y a la SEGOB, entre otras instituciones.