El actual Presidente de los Estados Unidos (EU), Joe Biden, buscaba desde su campaña electoral la regularización de aquellos indocumentados que buscan hacer su vida en territorio estadounidense.

Biden tras ganar las elecciones de noviembre de 2020, anunció como parte fundamental de su agenda un plan para que cerca de 11 millones de indocumentados obtengan la ciudadanía estadounidense.

Esto representa una gran reforma al sistema migratorio del país, ya que el plan de Biden probablemente sería el proyecto migratorio más ambicioso aprobado desde 1986, cuando se le otorgaron los papeles a 3 millones de indocumentados después de que el entonces presidente Ronald Reagan firmara la Ley de Reforma y Control de la Inmigración.

El pasado jueves (18 de marzo) se realizó un gran paso para el plan del presidente Biden, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó dos proyectos de ley que abrirían la vía para la regularización de los 11 millones de indocumentados.

El primero de ellos, conocida como Ley de Promesa y Sueño Americano, fue aprobado con 228 votos a favor y 197 en contra, y con el cual se busca que alrededor de 2.5 millones de jóvenes en situación irregular —conocidos como dreamers o soñadores— se les otorgue la vía legal permanente para residir en suelo estadounidense.

Igualmente, un segundo proyecto de ley enfocado en el beneficio de los trabajadores indocumentados agrícolas, conocido como Acta de la Fuerza Laboral Agrícola, fue puesto a votación por la Cámara y también fue aprobado, esta vez con 247 votos a favor y 174 en contra.

Se ha demostrado la fuerza demócrata para atender a las personas indocumentadas dentro de la Unión Americana. La Presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, aseveró que “estas comunidades inmigrantes, fortalecen, enriquecen y enaltecen a nuestro país, se les debe permitir quedarse”. Asimismo, la Casa Blanca afirmó que la ley para la protección a los dreamers es “un hito decisivo en el camino para dar un alivio muy necesario a millones de indocumentados que consideran Estados Unidos como su hogar”.

Esta fuerza en conjunto supone un efecto Biden para la migración hacia Estados Unidos.

Desde que el demócrata asumió la presidencia el pasado 20 de enero, el flujo migratorio ha cobrado una mayor fuerza a comparación de la que existió durante la administración de Donald Trump, ya que el gobierno del republicano fue reconocido por endurecer las políticas migratorias y por reforzar el control de la frontera sur con México —sembrando cierto temor para los migrantes—.

Pese a ello, aquellas personas que buscan una mejor vida en el gigante norteamericano han visto la llegada de Joe Biden y sus políticas como una oportunidad de migrar, esperando que se les trate de mejor manera y con mayores oportunidades de permanecer en el país.

Este panorama creciente migratorio se ha demostrado en que los agentes fronterizos estadounidenses detuvieron a 96 mil 974 migrantes en la frontera entre EU y México en tan solo febrero de este año, cifra que supera los 18 mil 754 migrantes registrados en febrero de 2017 —a escasos días desde que Donald Trump tomó protesta como el nuevo presidente—.

Este efecto Biden incluso ha influenciado a algunos miembros republicanos de la Cámara de Representantes, la cual posee una mayoría demócrata.

En el primer proyecto, Ley de Promesa y Sueño Americano, 9 de los 228 votos a favor que dieron la luz verde a dicha iniciativa, provinieron de republicanos; mientras que en la segunda iniciativa, Acta de la Fuerza Laboral Agrícola, 30 votos republicanos se sumaron al resultado de los 247 a favor de esta iniciativa.

Se espera que este efecto se replique en el Senado, ya que es controlado por la mayoría republicana y se necesitan al menos 10 votos republicanos para aprobar las iniciativas ya aprobadas por la Cámara baja. De este modo, los demócratas se encuentran con un obstáculo que podría condenar sus medidas migratorias a favor de aquellos que únicamente buscan mejores condiciones en el país.