Ni las crisis económicas de 1995, ni la global que sucedió en 2008 generaron una recesión con las magnitudes que está registrando la generada por las complicaciones del encierro por la emergencia sanitaria por el COVID19.

Según los datos del Sistema de Indicadores Cíclicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, se ha registrado una caída que señala una fase recesiva, además que ha superado en duración y profundidad a sus dos antecesoras.

El sistema está conformado por dos indicadores, el coincidente y el adelantado, de los cuales, el primero reportó un descenso de 1.35 puntos, pero desde hace dos años se encuentra a la baja, lo que significa una tendencia negativa por un largo periodo, que ha alcanzado un 10.7 por ciento, el más profundo y largo del que se tenga información.

Como comparación, durante la crisis de 2008, esta caída  fue solo del 4.2 por ciento, durante 13 meses seguidos. Y durante la Crisis del Tequila,  que duró también 13 meses la caída fue por 5.8 por ciento.

Y es que previo a la crisis por coronavirus, la economía mexicana ya venía registrando un periodo de varios meses a la baja.

Las importaciones han presentado retrocesos por 2.47 puntos. También el Indicador Global de Actividad Económica registró una baja por 1.57 puntos, pero, contrario a la expectativa, el índice de suministro de bienes y servicios al por menos creció en 0.17 puntos.