Si hay un sector que, contra todos los pronósticos se recupera, aún en medio de las más agudas crisis, es el del comercio informal. Y en medio de la pandemia del COVID19, que ha generado una histórica caída del Producto Interno Bruto (PIB) en México, parece no ser la excepción.
Para Martín Romero Morett, Jefe de Departamento de Economía del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara, precisamente uno de los más afectados por la situación económica originada por la emergencia sanitaria, fue el sector informal, sin embargo también ha sido de los que más rápido se incorporó a las actividades, incluso adaptándose a la nueva normalidad.
“Es obvio que ya la misma gente ha salido a trabajar a las calles, dicen, lo siento mucho, pero yo tengo que salir a trabajar, porque sí no, no como. La misma necesidad ha llevado a la agente a tener una actividad incluso mayor de lo que ha invitado o permitido el Gobierno. Digamos que en cierta medida las necesidades económicas de la población están rebasando lo que se ha autorizado porque estamos en semáforo rojo, y uno sale a la calle, y ve actividad económica por todos lados”, indicó Romero Morett en entrevista para RUMBO MX.
Este movimiento, aunque sea informal, ha permitido mantener una “relativa estabilidad económica” en determinadas capas de la sociedad.
Por ello, consideró, el objetivo de las autoridades gubernamentales debe ser el que a la gente no le falte lo mínimo necesario, ya sea brindándoselos a partir de apoyos o subvenciones o dando las condiciones preventivas necesarias para que salgan a trabajar.
“Yo creo que ahorita lo que nos tenemos que plantear no es como logramos un crecimiento, sino un relativo bienestar, para que la gente continúe y se pueda seguir cuidando en sus casas, los que puedan”, apuntó Romero Morett.
Y se pregunta: “¿Dónde están las redes de ayuda social que permitan que la gente no salga? Eso es algo que está pendiente de hacer por parte de los gobiernos. Que si le dices a la gente que no salga, pues que tenga garantizados centros de abasto, donde pueda ir a recoger una despensa o se la van a llevar a su casa para que no salga. Ese 50 por ciento de trabajadores van al día. Entonces no les puedes decir no salgan cuando tu no les vas a asegurar una red de ayuda en donde ellos puedan quedarse en casa porque van a tener el mínimo de bienestar necesario”, concluyó.