Cada vez son más ciudades en Estados Unidos las que entran a una fase de toque de queda. Se prevé que esta semana y parte de la que viene sean cruciales para frenar el coronavirus, toda vez que si nos atenemos a los periodos de dos semanas de cuarentena, los picos de contagios disminuyan. Sin embargo el brote de los que se contagiaron hace dos semanas están y estarán surgiendo en los próximos días.

¿Qué te encuentras por las calles de Estados Unidos? En las ciudades donde aún no hay toque de queda las recomendaciones de los alguaciles y alcaldes en los distintos condados y ciudades son muy similares a las que han adoptado en otros países: quedarse en casa es la mejor forma de atacar a este enemigo invisible y silencioso, el Covid-19.

Y por supuesto, el tema económico juega un papel fundamental en la crisis por el coronavirus. Restaurantes y bares cerrados, algunos solo trabajando con poco personal para entregar comida a domicilio o para llevar, gimnasios, centros comerciales, barberías, tiendas departamentales y muchísimos negocios cerrados, las calles tienen mucho menos tráfico que lo habitual y los supermercados más parecidos a los supermercados venezolanos, tienen los estantes vacíos, sobre todo en productos de primera necesidad como proteínas, alimentos enlatados y productos congelados.

Tal como el empresario Ricardo Salinas Pliego, que juntó a todo el mundo para desafiar el coronavirus y hacer un anuncio a sus colaboradores de no parar, una información que adelantó en exclusiva el portal Rumbo MX hace semana y media, también en Estados Unidos hay voces de quienes consideran que se está sacrificando demasiado por apagar este gran incendio mundial.

El vicegobernador de Texas, Dan Patrick dijo que incluso él y otros abuelos estarían dispuestos a arriesgar su salud y su propia vida para que Estados Unidos vuelva a trabajar en medio de esta pandemia.

El propio presidente Donald Trump dijo a la cadena Fox News que quiere que el país esté de vuelta, pasando semana santa, para ser precisos, el domingo de pascua o domingo de resurrección, algo así como “La Resurrección de los Estados Unidos” en temas económicos. Pero lo cierto es que es muy pronto para echar las campanas al vuelo y decir que todo podrá regresar a la normalidad, aunque no dudo que muchos sectores comiencen a regresar poco a poco a las actividades habituales.

Aquí, hay dos grandes temas: por un lado la pregunta es, ¿vale la pena arriesgarse a que todo vuelva a la normalidad con el peligro de tener muchísimos contagiados y colapsar el sistema de salud, es decir, sacrificar vidas humanas para evitar la pérdida de más empleos y cierres de empresas? O esta pregunta es una exageración y en dos o tres semanas todo estará normal, con un rango de contagio disminuido que todo mundo pueda hacer sus actividades? Yo sinceramente lo dudo, creo que la pandemia está apenas asomando su fuerza y vienen cifras mucho más elevadas de lo que hemos visto.

Ahora, será prácticamente imposible tener 0 contagios nuevos antes de regresar a las actividades, lo importante sin duda es que se aplane la famosa curva de contagios y que se puedan disminuir los casos activos para que el sistema de salud pueda administrar los nuevos casos y entonces sí se pueda encontrar el equilibro entre tener una vida económica que vaya regresando a la normalidad y por supuesto evitar que muera demasiada gente por el Covid-19.

Por lo pronto, el paquete de estímulos aprobado por el Congreso norteamericano es de 2 billones de dólares si lo interpretamos en el sistema de medición que se utiliza en México, y que permitirá incluso que ciudadanos norteamericanos que ganan menos de 75 mil dólares al año reciban un cheque en abril por $1,200 dólares y $500 dólares por niño en caso de que tengan hijos.

Además, habrá un programa muy intenso para rescate de empresas, principalmente para los micro, pequeños y medianos negocios.

Así este panorama del Covid-19 que ha sido la tormenta perfecta para desafiar la salud y el sistema económico en todo el planeta.