Un golpe como nunca antes tuvimos en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN): finalizó el debate. La reforma al Poder Judicial de la Federación está vigente y sin ningún cambio.
A pesar de que en el Alto Tribunal no se celebran sus decisiones, el fallo es, sin lugar a dudas, un triunfo para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien desde campaña pidió el voto masivo para realizar lo planteado por su antecesor, el expresidente AMLO.
Sesión extenuante y histórica. Por siete horas —con una de receso— el debate se caracterizó por duros reclamos entre los ministros “antireforma” y el grupo minoritario en favor de los cambios ejecutados por el Congreso de la Unión.
La ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández, abrió la sesión indicando que cualquier decisión estaría en los libros de historia del país y será revisada con mucho cuidado por generaciones futuras, la sociedad, la comunidad jurídica nacional e internacional.
En ese sentido, la ministra Lenia Batres Guadarrama recordó por qué llegaron a este instante: el activismo judicial que invalidó 398 leyes de 2019 a 2023, por incumplir el precepto de que ningún servidor público gane más que el Presidente y por los 14 fideicomisos —con más de 24 mil millones de pesos— que no han sido reintegrados a la Tesorería de la Federación (Tesofe).
Además, dijo, “se ha mantenido una política de tolerancia a conductas como el nepotismo y la impunidad al interior del Poder Judicial. Se han emitido además suspensiones provisionales y definitivas con fines absolutamente políticos”.
Mediante un tono de mesura, el ministro Luis María Aguilar Morales criticó que se alzara la voz “como un mitin” con el objetivo de imponer ideas en vez de argumentos. Le respondió que si se invalidaron leyes del Ejecutivo era porque estaban “mal hechas, en este y en cualquier sexenio”.