Implementar políticas públicas integrales para que la premisa de violentar a una mujer por su género sea abominable en la sociedad es el reto que tendrá la próxima presidenta de México, indicó la consejera Norma Irene de la Cruz en su entrevista con EL SOL DE MÉXICO.
Durante su entrevista con El Sol de México, la consejera destacó que, aunque todavía no se válida la elección presidencial por el Tribunal Electoral, los cómputos distritales reflejan que por primera vez una mujer estará al frente de nuestro país y dicho factor traerá retos importantes en materia de género, el principal será implementar políticas públicas con el objetivo de erradicar la violencia contra las mujeres que está muy presente en la cultura mexicana.
Según la integrante del INE, la nueva presidenta tomará protesta del cargo en un país con una Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Sin embargo, la violencia contra ellas es sistémica.
“Por un lado tienes un México con leyes muy avanzadas (…) y al mismo tiempo tienes un país donde la violencia en razón de género es sistémica, un país donde todavía hay feminicidios todos los días, entonces, eso te habla también de que (la presidenta) no sólo tiene que tener una perspectiva de género sino también una perspectiva a mediano y a largo plazo para ver cómo vamos también a cambiar la cultura para que la idea de violentar a mujeres por mujeres sea completamente abominable y eso pues nos falta mucho”, destacó de la Cruz.
De la Cruz recalcó que la violencia de género no es un problema que se solucione con la llegada de una mujer a la Presidencia, pero tiene sus esperanzas que su arribo y el de su gabinete sea un punto que ayude a concretar la perspectiva de género.
“El que llegue una mujer a la presidencia esperamos que permee a la perspectiva de género pero eso tiene que ir acompañado también de la perspectiva de género en los juzgados, en los ministerios públicos porque esto no es un problema que tenga una solución de una sola mujer, es un problema (…) social, cultural que está muy arraigado y que requiere de medidas no sólo integrales sino también transversales”, detalló la consejera.
“Creo que eso es uno de los grandes retos porque también implica que no sólo que hagamos los cambios como ya vimos en la ley, tenemos que materializarlos y también cómo vamos cambiando esta cultura que todavía tenemos”, concluyó de la Cruz.