Por Julio Ríos 

No queda duda que el aspirante mejor posicionado de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Jalisco, es Pablo Lemus. Sin embargo, el diario Mural publicó una nota firmada por el experimentado Paco de Anda y titulada “Las Corcholatas de Alfaro”, en el que se presentan los perfiles que podrían aspirar en 2024 al Ejecutivo Estatal y se insiste en qué el alcalde de Guadalajara “no es el único liderazgo que tiene el partido naranja”.

 

¿Pero realmente conviene a Movimiento Ciudadano desplazar al que claramente es el personaje más competitivo electoralmente? ¿Por qué se tendría que recurrir a una jugada que va contra la lógica electoral? ¿El gobernador sospecha, o tiene elementos, para pensar que Lemus no le es suficiente leal?

 

*Seis perfiles del primer círculo*

 

Hay que mirar al origen de los seis aspirantes que el mismo Alfaro presentó como corcholatas (parafraseando al presidente López Obrador cuando metió a la carrera presidencial a varios miembros de su gabinete).

 

Las y los aspirantes que Alfaro mencionó en la nota de Mural son: los senadores Clemente Castañeda, y Verónica Delgadillo; los diputados federales Salvador Caro y Mirza Flores Gómez; el alcalde de Tlajomulco Salvador Zamora Zamora y el Secretario de Desarrollo Social de Jalisco, Alberto Esquer.

 

Estas “corcholatas” de Alfaro son (con excepción de Esquer) personajes que han dado la lucha a su lado, desde aquel 2012 en que fue candidato a la gubernatura por primera vez, cuando Movimiento Ciudadano no era, ni por asomo, la sombra del partido que duplicó (y en algunos casos triplicó) la cantidad de votos de sus adversarios en la elección del 2021. Se la jugaron con él cuando el proyecto político alfarista aún era incierto.

 

Incluso, algunos como Clemente Castañeda y Mirza Flores Gómez, acompañan al gobernador desde sus épocas en la Preparatoria 5 de la UdeG, donde participaron en la política estudiantil. Clemente, Verónica y Salvador formaron parte de aquella primer bancada de Movimiento Ciudadano en el Congreso de Jalisco, en la LX Legislatura, junto a Fabiola Loya y un personaje olvidado, Julio Nelson García (que recaló en el partido Fuerza por México).

 

Hay que decir que aquella bancada se destacó por ser una oposición inteligente (que seguro criticaría lo que hoy hace la bancada mayoritaria, irónicamente naranja). A ese grupo se sumaron precisamente, Alberto Esquer, Ricardo Rodríguez y Víctor Sánchez Orozco. De estos tres, Esquer es el que ha estado en los afectos del gobernador, tan es así, que un tiempo lo hizo coordinador de diputados federales, luego Secretario de Agricultura y hoy por hoy, está en la estratégica Secretaría de Desarrollo Social

 

Salvador Caro en aquel 2012 fue candidato a la presidencia municipal de Guadalajara y Mirza Flores fue incluida a la LX Legislatura como asesora. Posteriormente, ambos fueron Diputados locales y federales.

 

Lemus Navarro, cabe recordar, se sumó a las batallas electorales hasta 2015 cuando fue candidato a la alcaldía de Zapopan, aunque es conocido el dato de que Enrique Alfaro tenia la idea de impulsarlo desde 2012, cuando aún no rompía lazos con el PRD.

 

*¿Y su rentabilidad electoral?*

 

Sin duda, Clemente fue el que más creció como coordinador de los diputados federales y luego Senador y dirigente nacional de Movimiento Ciudadano. Veronica Delgadillo también fue legisladora federal y Senadora de la República.

 

No obstante, haber figurado en el ámbito nacional no siempre se traduce en apoyos electorales en Jalisco. Hemos visto muchos ejemplos en los que el desarraigo de quienes hacen política en la Ciudad de México termina por convertirse en un handicap en contra para aspirar a posiciones locales. Ambos senadores tendrían que regresar a hacer trabajo de tierra en la entidad, donde hay otros que les llevan años de ventaja en ese renglón.

 

Por eso, no me parece que Clemente o Verónica tengan la misma rentabilidad como producto electoral que otros que si han hecho trabajo sostenido en el Estado.

 

Salvador Zamora Zamora, sabe ganar elecciones, en 2012 fue el único que ganó la diputación local de mayoría por Movimiento Ciudadano y luego ligó triunfos para la diputación federal, y la presidencia municipal de Tlajomulco en dos ocasiones. Sin embargo, en las encuestas al medirlo con Lemus no alcanza a tener esa repercusión, como tampoco lo logran Caro, Mirza y Esquer, quienes están aún más abajo en las mediciones.

 

Si se impone la sensatez, Movimiento Ciudadano debería ir con Lemus, no solo por ser el mejor posicionado en las encuestas, sino también porque un abanderado de sus características funciona como una locomotora que da tracción al resto de los candidatos y eso, redunda en más alcaldías y más diputaciones.

 

Así lo dice el librito. No te compliques y ve con el que está a mejor en las encuestas. Y más aún, yo dudo que el dirigente nacional Dante Delgado (pragmático como el que más) permita sacrificar al candidato más fuerte cuando necesitarán en 2024 más votos que nunca (ya sea para una alianza, o con mayor razón si compiten solos).

 

*¿Qué busca el gobernador al meter más “corcholatas”?

 

La única excepción que justificaría no ir con el mejor ubicado, tendría que ver con una posible deslealtad del aspirante. En ese sentido, hay quienes interpretan que Lemus Navarro se ha manejado con autonomía, pintando su raya. A muchos nos gusta eso, pero al parecer no le agrada al gobernador.

 

En últimas semanas, el alcalde tapatío ya apareció con Alfaro, limando asperezas mientras comía un plato de birria en el Salón del Bosque. También se “alineó” al firmar un desplegado en el que anuncian que niegan apoyos a la UdeG (un posicionamiento que a los Universitarios nos disgustó, por cierto).

 

Al meter a la carrera a seis aspirantes, lo que realmente estaría buscando Alfaro es enviar un mensaje político (otro más) a Pablo Lemus, probablemente para dejarle en claro, que quien tiene las llaves en Jalisco, de ese automóvil naranja llamado Movimiento Ciudadano sigue siendo el gobernador.

 

Con todo esto, lo que también se asoma es que en Movimiento Ciudadano Jalisco, creen que pueden ganar la gubernatura con quien sea y que como Morena no tiene -todavia- algún aspirante, entonces no necesitan de Lemus Navarro. Si piensan así, se equivocan.

 

Lemus Navarro tiene invitaciones para otros partidos, incluso de Morena, partido que ya demostró en las elecciones del pasado 6 de junio en seis estados, que está más fuerte de lo que muchos creen. Si el alcalde tapatío fuera el abanderado de Morena, por ejemplo, ninguno de las seis corcholatas de Alfaro podría toparle.

 

Las campañas electorales no funcionan bajo fórmulas exactas, hay que jugarlas y no adelantar vísperas Pensar que todo está decidido y peor aún, creer que postulando a quien sea el triunfo está asegurado, es la manifestación de los peores errores que puede haber en politica: la arrogancia y el exceso de confianza.