Eduardo González Velázquez
Esta semana la violencia se recrudeció en Jalisco. Lo mismo en el Área Metropolitana de Guadalajara que en diversos puntos del estado. Asistimos a enfrentamientos entre elementos policiacos y militares con miembros de grupos criminales; ataques directos a funcionarios gubernamentales y policías; bloqueos de carretera con incendios de automóviles y camiones de carga.
Las balaceras no dejan de escucharse. El corredero de gente no se detiene. La angustia de vecinos frente a los asesinatos en la vía pública es cosa de casi todos los días. Amanecemos con nuevas víctimas cada mañana. Las estrategias gubernamentales para enfrentar al crimen organizado y disminuir la violencia no parecen dar resultados. Los mensajes pidiendo tranquilidad a la población por parte del gobernador, Enrique Alfaro se entienden, aunque no sirven para generar mayor seguridad. La poca coordinación entre las fuerzas federales, estatales y municipales es evidente y es aprovechada por los criminales. Los tiempos de repuesta de las autoridades son insuficientes frente al constante acecho de las bandas delictivas.
Esta semana, como la anterior, fue muy violenta. El miércoles fue asesinado un agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Jalisco en Tonalá. El crimen se cometió a las afueras de una escuela, lo que provocó el pánico de madres, padres y estudiantes. La noche del jueves y la madrugada de este viernes en las zonas de Contla, El Veladero y La Garita en Tamazula de Gordiano fue bloqueada la carretera e incendiadas dos unidades de carga, y posteriormente hubo una balacera sin que hasta el momento conozcamos el saldo de los enfrentamientos ni los autores de los actos delictivos.
Como respuesta, las autoridades municipales suspendieron todas sus actividades y cerraron las escuelas, además de recomendaron a los habitantes resguardarse en sus hogares y tomar las medidas de seguridad necesarias.
La violencia también se vivió en Jocotepec donde fueron ejecutados dos policías; y en la población de Betulia, en Lagos de Moreno, se enfrentaron soldados y miembros de un grupo criminal que dejó como saldo un militar herido.
Desde Casa Jalisco el llamado del gobernador fue a no suspender actividades ente los hechos de violencia, y anunció operativos especiales para brindar mayor seguridad a los pobladores de Tamazula de Gordiano y La Manzanilla de la Paz. Hasta ahí todo más o menos bien: pedir tranquilidad, no caer en pánico, informarse adecuadamente y ordenar operativos especiales para enfrentar a los grupos criminales, pero donde me parece que se equivoca el inquilino de Casa Jalisco, es al afirmar que no hay riesgo para la población de Tamazula de Gordiano que implique suspender las actividades. Desde luego, que es importante mandar un mensaje de tranquilidad a la población, pero sin negar el riesgo que cotidianamente experimentamos en la territorialidad jalisciense.
No debemos normalizar la violencia en nuestro estado ni en cualquier lugar de la República Mexicana. Es urgente que las autoridades de los tres niveles de gobierno hagan lo necesario para garantizar mayores niveles de seguridad en la población.
Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques