La política en México siempre ha ido escurriendo sangre.

Por diferentes razones, ya sea en un pueblito de Guanajuato o en Reforma, a su paso esta herencia maldita deja un tufo rapaz de muerte.

En el pasado se han asesinado a presidentes en funciones, a mandatarios que se quisieron reelegir, se asesinó a un candidato presidencial en 1994, y se han “accidentado” varios políticos en incidentes aéreos.

Para este proceso electoral la cifra de actos de violencia y muertes es escalofriante, con 782 agresiones o delitos en contra de aspirantes, 152 personas muertas ligadas a campañas, de los cuales 48 eran candidatos, no es que este fenómeno sea ajeno a la vida política.

Aunque pareciera que las muertes son originadas por la misma causa, el tiempo a cambiado las razones de esta violencia, según relató el historiador Eduardo González Velázquez, en Análisis con Rumbo.

Yo marcaría dos periodos: De 1934 hacia atrás, digamos a 1910, y de 1934 a la fecha.En terminos de procesos electorales y de procesos políticos que permitían que un grupo político llegara al poder establece que de 1910 a 1934, una buena parte terminaron con asesinatos de presidentes y políticos“.

No fue sino hasta la llegada de Lázaro Cárdenas que se establecieron las medidas para dar paso a las transiciones de grupos, con lo que la violencia derivada de pugnas por el control se quedó como cosa del pasado, y aunque pareciera, que con el asesinato de Luis Donaldo Colosio todo apuntaba a que se estaba regresando a los años 30, el narcotráfico dio un giro de tuerca.

Para González Velázquez, la violencia que se vive en estos días está más ligada a los grupos criminales por el control de “las plazas” y con la lucha por obtener poder, apoyando procesos electorales en algunos lugares del país.

“Lo que hoy estamos viviendo, si con algunas acciones violentas, me parece que no necesariamente se tiene que ver con la búsqueda de un poder político de gobierno de los grupos criminales, como si era antes”.

Según el historiador Paul Alcántar, como en ningún proceso electoral, ni si quiera en el de 2018 se dejaron sentir unas campañas tan violentas, en las que incluso se hicieran presentes de manera muy abierta integrantes de organizaciones criminales.

“Los vimos muy activos para promover ciertas candidaturas. Entonces esos actores que los veíamos muy alejados de las campañas, hicieron de esta campaña, no quiero decir interesante, porque el hecho de que el crimen organizado haya marcado esta contienda, hizo un proceso electoral más vistoso, cosa que los candidatos por sí solos no hicieron”.

El doctor Eduardo González Velázquez, señaló que junto con la violencia, al proceso electoral se le suma que es uno en el que menos propuestas se presentaron, si no que los partidos han ido apostándole al discurso de “somos mejores que quienes están en el poder”.

“Si nosotros revisamos cualquier proyecto electoral de un partido de los años 80 o 90 tenían muchísimo mejor contenido. Me parece que esta degradación tuvo un quiebre definitivo y a partir de ese momento no lo hemos logrado establecer, fue con las campañas presidenciales del 2000. A partir de este momento se empieza a establecer este discurso de votar por quien tiene las posibilidades de ganar, contra quien en ese momento está en el poder. Y por otro lado también me parece que de los años 80 a la fecha, los gobiernos han estado evitando crear nuevos proyectos y nuevas visiones hacia el futuro y se han escondido en el discurso de que una vez que un partido diferente al de ese momento gobierno llega al poder su principal propuesta para volver a votar por el es el de no regresar al pasado. Por un lado los que están en el gobierno apuestan a que el ciudadano le de miedo que podamos regresar a lo que ya vivimos. Y los que no están en el poder es mira, lo hacíamos mejor nosotros”.