El PAN que dejó cimentado Manuel Gómez Morín, y que vio nacer a grandes luchadores sociales como Maquío ya no existe. Sus actuales interlocutores terminaron sepultándolo, cambiando ideales que en su época abanderaron fielmente, por alianzas no importando el color, que les fueran más redituables ya fuera con diputaciones, gubernaturas, alcaldías, etcétera.
Al menos así lo refiere en entrevista para RUMBO MX, el Politólogo Salvador Mora, profesor de tiempo completo adscrito a la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien sostiene que a mediados del siglo pasado, Acción Nacional se caracterizó por ser un partido altamente dogmático y conservador, que para la década de los años 70 sufrió una total transformación de la mano de Manuel J. Clouthier, “Maquío”. Y que, durante un buen tiempo, se mantuvo como la única oposición real, aunque sin capacidad de gobierno.
Pero a principios de los años noventa, considera el académico, la historia cambió, pues los panistas se volvieron actores más activos de la política mexicana, porque había descubierto la fórmula que les daría más curules o espacios: la negociación:
“Fueron siempre una oposición leal, una oposición sin capacidad de gobierno, hasta que llegaron los Bárbaros del Norte, aquellos gobernadores de extracción panista que durante los años 90 aparecieron de la mano de dirigencias como la de Felipe Calderón, y que permitieron de un modo u otro participar de las transformaciones del país. No podemos desconocer que esas transformaciones en las cuales interviene el PAN fueron altamente promovidas desde el poder político, es decir desde la presidencia de la República con Carlos Salinas de Gortari y después con Zedillo”.
Entonces a decir de Salvador Mora, ese partido simbólico, dogmático en su primera etapa, se trastocó y se modificó en lo que ya historiadores como Soledad Loaeza han llamado “La Gran Marcha” que tuvo Acción Nacional hacia su lucha democrática.
Según el especialista de la UNAM, el PAN del 2020 es todavía un partido más pragmático y electorero pues continúa recuperándose del desgaste que le dejaron sus dos ex presidentes.
“… Hicieron del PAN un instrumento al servicio del presidente de la república, o sea Vicente Fox y Calderón y en ese sentido al subordinarlo no permitieron madurar un proyecto que trascendiera históricamente. Ahí el abuso que la figura presidencial hizo del partido, dañó considerablemente su capacidad”.
El académico considera que el PAN de los últimos años primó las aspiraciones políticas de unas cuántas cúpulas, en vez de haberse “dejado desarrollar naturalmente”.
Acción Nacional se parece más a este partido con una aspiración de triunfar, así lo refleja esta posibilidad de generar alianzas con el PRD o con el PRI como en algunos momentos ya se ha reflejado en la opinión pública, no en voz de los dirigentes, pero es muy probable que PAN, PRD obtengan alguna alianzas en algunos espacios de gobierno estatal.
Y aunque un poco débil, Mora Velazquez considera que el PAN aún tiene posibilidades de sacarle provecho a su papel como única oposición natural.
“Es un PAN que puede verse fortalecido de esta confrontación; la cual, una serie de miembros de la sociedad mexicana puede verlo como una oportunidad en la medida que es el partido que mayormente se vea antagonizado por el discurso presidencial”.