Daniel Noboa, presidente de Ecuador, indica que no se arrepiente en lo absoluto de haber ordenado el asalto a la Embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente de Rafael Correa, Jorge Glas, al que previamente el gobierno mexicano le había entregado asilo horas antes.

En cuanto a la manera en que prevé solucionar la crisis con México, el presidente ecuatoriano aclará que buscará almorzar con López Obrador. “Invitaré a López Obrador a comer un ceviche, y probablemente también podemos comer unos tacos y hablar, cuando él esté listo”, destaca Noboa.

La entrada de las fuerzas policiales en la Embajada de México motiva al gobierno de AMLO a romper relaciones con Ecuador y denunciarlo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por argumentar que se viola su derecho internacional e incluso la soberanía.

“No me arrepiento”, expresa Noboa durante una entrevista otrogada la semana pasada al canal australiano SBS y difundida el día de ayer (lunes 15 de enero), la primera interacción del presidente con la prensa desde el comienzo de la crisis con México.

Como consecuencia de la condena casi unánime de la comunidad internacional por romper la inviolabilidad de una sede diplomática, Noboa admite que “fue una decisión muy difícil de tomar”. Sin embargo, lo hizo porque su gobierno cree que fue México el primero en violar las convenciones internacionales.

“Había un plan para escapar del que estábamos al tanto”, aclara Noboa. “Nosotros condenamos el hecho de que algunos gobiernos usen sus embajadas bajo la fachada de un refugio político que en realidad es impunidad, es salvar a los criminales de sus sentencias”, destaca.