Un cóctel de condiciones fue el que este fin de semana se mezcló perfectamente para que el PRI se reivindicara en dos de sus bastiones históricos: Coahuila e Hidalgo.

Para empezar, el no tan efectivo manejo del Gobierno Federal ante la pandemia, por un lado, y una baja participación electoral, pues se trató de un proceso recurrente por el otro.

Pero hay una que es la más importante y que es clave:

En el caso de Coahuila, a su gobernador le funcionó abandonar la CONAGO y haberse unido a la Alianza Federalista, por que los puntos que sumó al haberle plantado cara al presidente Andrés Manuel López Obrador por el tema del presupuesto, los capitalizó en votos para el PRI. Al menos así lo considera Mónica Montaño Reyes, profesora investigadora del Departamento de Estudios Políticos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.

Una cosa sí es un hecho, según la académica, ni Coahuila ni en Hidalgo, a pesar de que comparten el que nunca han tenido alternancia, en ninguno de los dos estados se esperaba que arrasara el tricolor.

“Empezamos con Coahuila. Ahí por ejemplo no han tenido alternancia, no ha gobernado ningún otro partido en el cargo ejecutivo, pero lo que vimos con su gobernador a partir de Marzo, fue como aumentó su popularidad al tiempo que bajaba la popularidad de Andrés Manuel. A pesar de que Coahuila ha sido históricamente priista, en 2018 ganó AMLO en ese estado y ganó la Formula de senadores y eso pues hacía notar era que MORENA estaba empezando a ganar terreno gracias a la elección federal del 2018. Sin embargo en la elección local, el PRI seguía manteniendo poder, entonces lo que si nos habíamos esperado, era que al ser elecciones de diputados locales, una elección aislada no concurrente, la participación bajara mucho. Incluso en 2014 que hubo otra, la participación fue del 32 por ciento y ahora fue del 39, digamos que si subió pero n se compara al 65 por ciento de cuando son concurrentes”. 

Sin embargo, el caso de Hidalgo sorprende. A decir de la profesora del CICSH, el hecho de que el PRI se haya dejado ver en los últimos años como un cooperador de MORENA, hubiera permitido pensar en un voto de alternancia, cosa que no pasó.

“Hidalgo es un caso que también, no ha habido alternancia, pero en 2018 ya había habido elecciones de diputados locales y ahí lo que pasó es que la misma clase política de Hidalgo se había ido a MORENA. Tenemos el caso de Gerardo Sosa, que es un líder de la Universidad de Hidalgo, pasó su estructura y apoyo de 30 años en el PRI a MORENA”.

Y pese a que en 2018 el Congreso hidalguense se pintó de morena, la mayoría de sus diputados tenían alma priista.

“Yo me esperaba que MORENA ganara, al menos los municipios más importantes, por este pacto que se dio, pero ante esta fractura dentro de la clase política de Hidalgo, tuvo como  consecuencia que el PRI ganara la capital y otros 31 municipios.”

Para Montaño Reyes, lo de Coahuila e Hidalgo también demuestra ese poder que aún es capaz de ejercer el PRI. Y es que al tratarse de un proceso más local, se presta a que los partidos bien organizados muevan toda su maquinaria institucional para ponerla al servicio de los candidatos el día de la elección.

“Seguimos hablando de un estado donde sigue habiendo una clase política disciplinada en la que es difícil que los ciudadanos elijan libremente, pues un estado que siempre ha sido controlado por un partido, es obvio que tiene control en sindicatos, medios de comunicación, instituciones, cuadros, es un control territorial máximo, que no es comparable a lugares como Jalisco en dónde han gobernado tres partidos y que los jaliscienses aplican voto de castigo a los malos gobiernos, eso en Coahuila e Hidalgo falta”.

Cosa distinta pasó en MORENA, que no supo capitalizar la fuerza del senador que lo representa, ni de los seis municipios que ganó en 2018.

Así pues se comprueba que el PRI sigue fuerte por los errores del Gobierno Federal en términos de la pandemia, porque los 10 gobernadores que abandonaron la CONAGO se han fortalecido con la gestión de la crisis, y en esos estados ha bajado la popularidad de Andrés Manuel, y se han mostrado como oposición fuerte.

“La pista de esta elección para el 2021 es que debemos estar atentos, si el rol de los gobernadores que se salieron de la CONAGO, y que tratan de enfrentarse con Andrés Manuel como los van a premiar los ciudadanos”.