Imagine esta historia. Una persona que toda su vida fue priista, decide un día irse a MORENA. Pero meses después, brinca al PRD, y un día por la tarde, sin más,  acuerda regresar al PRI tan solo por quince minutos, pero al término de ese día “finalmente” regresa a casa siendo nuevamente perredista.

Todo este enredo sucedió en realidad y fue realizado por el diputado Jesús de los Ángeles Pool Moo, quien esta semana se volvió a su vieja piel priista, y por unos instantes, apoyó a su primer partido, el PRI en la disputa por obtener la presidencia de la Mesa Directiva de San Lázaro.

Para Andreas Busoletti, profesor del  Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Guadalajara, y miembro del Observatorio Político Electoral de la UdeG, todo se resume en la debilidad de los partidos políticos mexicanos.

“En realidad es un efecto de la debilidad de los partidos políticos. Sobretodo de la debilidad ideológica, hay a donde hay partidos que no tienen una ideología fuerte, que no tienen una fuerte disciplina interna. El hecho de que esos cambios de camiseta tienden a darse”.

Para Andreas Buselotti, la crónica de estos días es demasiado clara. Para fines prácticos, no ideológicos, varios diputados se sumaron al PRI a fin de convertirlo en la tercer fuerza política de San Lázaro, y así algunos grupos o líderes del partido, pudieran ocupar cargos institucionales de relevancia. Incluso, algunos partidos alentaron dichos saltos.

“Sin duda, en otro momento histórico, no quiero decir que haya sido mejor, había un mayor control de los partidos sobre sus militantes, afiliados y electos y por lo tanto esa posibilidad de cambiar de camiseta era algo que encontraba más obstáculos. Ahora es algo que no solo no encuentra tanto obstáculo, creo que algo que llamó la atención fue que hasta parece que los partidos políticos impulsan esos cambios de camiseta”.

Sobre los vacíos legales al interior de la constitución, el académico señala que lo que existe más bien es la distorsión de la Ley para actuar a conveniencia. Ya que si hubiera la claridad en el principio, otra historia se contaría.

“Más que un vacío legal, existen algunos factores que pueden ser distorsionados. En general el hecho de la cuestión de hay un lugar estratégico en la Cámara de diputados, que es la Dirección de la Mesa Directiva, y ahí se asiste a un baile de entrada y salida de diputados, en virtud de la regla de que al primer año la presidencia se asigna a la bancada mas numerosa, el segundo a la segunda, y el último año a la tercer fuerza del congreso, pero ahí si la tercera al principio de la legislatura, o la tercera en aquél momento”.

Por otro lado, dijo, hay que entender el hecho de que un diputado, alcalde o quien haga política en general pueda cambiar de partido, no necesariamente lo hace un villano, siempre existirán dijo, razones nobles como por razones mezquinas.

“Es síntoma de un sistema político enfermizo donde efectivamente se da en una medida excesiva y también en donde no se ve motivaciones que no sean cálculos inmediatos de beneficio particular. Pero hay que entender que a veces hay personas que dejan un partido por las razones más nobles de ese mundo, no necesariamente por razones ideológicas, sienten que a lo mejor la dirigencia de su partido traicionó con algún principio en que esa gente se reconocía, y por lo tanto se puede cambiar de partido”.

Señaló además que mientras no exista un sistema de incentivos o sanciones justas, no radicales, que inhiban el cambiar de partido a los políticos, y que incidan en un costo institucional, el comportamiento seguirá siendo común.