La crisis de salud que originó el corinavirus en Italia tuvo su mayor impacto y concentración en la región de Lombardía, al norte, donde se encuentra la ciudad de Milán. Las imágenes de camiones militares trasladando cuerpos y testimonios de familiares de enfermos de Covid-19 dieron la vuelta al mundo hace apenas unas semanas.

Los italianos – tal como ha sucedido con muchos mexicanos – tardaron mucho en aplicar medidas de aislamiento y confinamiento, tan es así, que los enfermos comenzaron a salir cuando ya era demasiado tarde para aplicar medidas preventivas. Aún así, este panorama los obligó imponer una cruda cuarentena.

En México, principalmente en la capital del país, con la premisa de que es mejor morir de Coronavirus que de hambre, muchas personas no pueden dejar de salir de sus casas, mientras otros lo hacen con toda la familia y se reúnen de forma irresponsable. Sea cual sea el caso, la salud de los mexicanos es una responsabilidad del Estado y se debe atender a los enfermos. El problema es cuando la capacidad de atención se comienza a ver rebasada cómo en Italia.

Los hospitales privados Médica Sur y ABC, campus observatorio, emitieron comunicados para informar que sus instalaciones ya están a tope para atender pacientes graves de Covid-19 que requieren respiradores.

En el sector público, ya se registra más de la mitad de camas de terapia intensiva ocupadas con equipos de respiradores y el pico de la pandemia podría darse hasta el 8 de mayo o incluso días después.

A pesar de que en muchos Estados se han endurecido las medidas de mitigación, las autoridades de salud aseguran que lo peor está por venir e invitan a la gente a reforzar las medidas de sana distancia y quedarse en cada, de lo contrario, México sería el próximo Italia, con fatales y dramáticos desenlaces.