• Columna de opinión.
  • Escrita por: Oscar Miguel Rivera Hernández.

¡Hola a todos! Hoy voy a compartir con ustedes una análisis y crítica o tal vez una impresión personal, sobre el impacto del nuevo salario mínimo en la economía y la sociedad y ese rezago en el que lo tenían las administraciones el pasado, tema que debemos reconocerle a la de Andrés Manuel López Obrador y la actual, que están haciendo justicia a la clase trabajadora.

El reciente anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre un incremento del 12% al salario mínimo para el próximo año representa un avance significativo en la lucha por mejorar las condiciones laborales y de vida de millones de mexicanos. Con este ajuste, el salario mínimo diario alcanzará los $278.80 pesos, lo que se traduce en un salario mensual de $8,364 pesos. Este avance beneficia directamente a 8.9 millones de personas trabajadoras en el país, es decir, un 40% del total de inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), según informó Luis Felipe Munguía, presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI). Este logro también refleja un cambio significativo en la política salarial de México durante los últimos años.

Para comprender la magnitud de este avance, me voy a permitir a presentar un análisis sobre el comportamiento histórico del salario mínimo en el país y la poca voluntad política que tuvieron las administraciones que gobernaron del 2000 al 2018. Durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, pertenecientes al Partido Acción Nacional (PAN), el salario mínimo tuvo incrementos marginales, llegando incluso a registrar disminuciones en algunos años.

Por ejemplo, entre 2000 y 2012, los aumentos fueron apenas simbólicos, iniciando en el 2000 con Vicente Fox con un salario mínimo de 75.60 pesos diarios, en el 2006 con Felipe Calderón inicia con 76.84 y lo deja en 76.59, lo que perpetuó condiciones de pobreza para millones de trabajadores. Posteriormente, con Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el salario mostró un ligero aumento, de recibirlo en 76.59 lo entrega en 88.36 pesos diarios, aunque insuficiente para enfrentar las necesidades básicas de las familias mexicanas.

Fue hasta el gobierno de Andrés Manuel López Obrador que el salario mínimo experimentó un cambio considerable. En 2018, el salario diario se encontraba en $88.36 pesos, lo que equivalía a un ingreso mensual de $2,650 pesos. Para 2024, el salario mínimo alcanza los $248.93 pesos diarios, representando un incremento del 282%. Este aumento histórico ha permitido que millones de trabajadores puedan acceder a mejores condiciones de vida, cubriendo necesidades básicas como alimentación, vivienda, salud y educación. Además, este incremento ha dinamizado la economía nacional al fomentar un mayor gasto en bienes y servicios, beneficiando especialmente a los negocios locales.

Como dato adicional, debo mencionar que el salario mínimo en México, tiene dos zonas salariales, la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) y los 26 estados restantes del país. En la ZLFN, el salario mínimo para 2024 será de $419.88 pesos diarios, reflejando un incremento también del 12%. Este diferencial busca atender las particularidades económicas y sociales de la región fronteriza, donde el costo de vida es significativamente más alto que en otras partes del país.

El incremento al salario mínimo no solo tiene importancia en lo económico, sino también aspectos sociales y laborales. Por un lado, contribuye a reducir la pobreza, al permitir que los trabajadores cubran mejor sus necesidades básicas. Al aumentar los ingresos familiares, se generan condiciones para un mayor bienestar y estabilidad, reduciendo la dependencia a los programas gubernamentales de asistencia. Esto, a su vez, libera estos recursos públicos que se pueden aplicar o destinar a otras áreas prioritarias como salud, educación o infraestructura.

Por otro lado, un salario mínimo más alto incentiva la formalización del empleo, ya que ofrece a los trabajadores mejores condiciones que las del mercado informal. Esto genera mayores aportaciones al sistema de seguridad social, fortaleciendo la sostenibilidad del mismo. Además, un ingreso mínimo digno puede motivar a los trabajadores a ser más productivos y comprometidos con sus empleos, lo que beneficia tanto a las empresas como a la economía en su conjunto.

Sabemos que muchos empresarios, que ahora ya son los menos, han mostrado resistencia a estos incrementos, declarando preocupación por un supuesto impacto, que ellos ya lo están cobrando en el incremento de sus productos, pero sabemos y no se necesita ser experto en economía, sino tener un poquito de sentido común, que un mejor salario supera ampliamente esos riesgos.

A nivel internacional, también cobran importancia estos cambios, ya que México había estado rezagado en términos salariales, en comparación con otros países. Este incremento sitúa al país en una mejor posición para competir en los mercados, no solo por costos, sino también por la calidad de vida de su fuerza laboral.

Para terminar, el aumento al salario mínimo anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum es muy importante, visualizando una sociedad más justa y equitativa, dándole prioridad al bienestar de los trabajadores, entendiendo que un salario digno es fundamental para el desarrollo integral de nuestro país. Los avances obtenidos en los últimos años en esta materia, con la administración de López Obrador y ahora con Claudia Sheinbaum está enfocado en un bienestar colectivo y cumpliendo solo con la responsabilidad de consolidad y asegurar el crecimiento económico, acompañado de justicia social.