El empresario Elon Musk confirmó su salida del proyecto DOGE (Departamento de Oportunidades de Gobierno y Economía), en una ruptura que coincide con sus críticas directas a la agenda legislativa del presidente Donald Trump, específicamente en torno al nuevo paquete de gasto público que el mandatario ha promocionado como su “gran y hermoso proyecto de ley”.

En entrevista con CBS Sunday Morning, Musk expresó su decepción con el contenido y los efectos económicos del plan promovido por Trump:

“Me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gasto, francamente, que aumenta el déficit presupuestario, no solo lo reduce, y socava el trabajo que está haciendo el equipo de DOGE”.

“Puede ser grande o puede ser hermoso, pero no sé si puede ser ambas cosas”

Con su característico estilo directo, el CEO de Tesla y SpaceX ironizó sobre el apodo que el presidente le ha dado a la legislación:

“Puede ser grande o puede ser hermoso, pero no sé si puede ser ambas cosas”.

Musk agregó que, aunque está “encantado con ciertos aspectos” del proyecto, otros elementos le resultan inaceptables, lo que lo llevó a tomar distancia del equipo de política económica con el que había colaborado desde el inicio del segundo mandato de Trump.

Un divorcio político con consecuencias

La ruptura entre Musk y Trump ha generado eco en Washington, particularmente entre republicanos moderados y empresarios del sector tecnológico, muchos de los cuales ven en Musk una figura influyente para la innovación y el desarrollo económico.

El proyecto de ley, que aún debe pasar por el Senado, propone:

  • Extender los recortes fiscales de 2017.
  • Aumentar el gasto en seguridad fronteriza.
  • Imponer requisitos laborales para beneficiarios de Medicaid.
  • Reducir los créditos fiscales para energías limpias.

¿Qué implica la salida de Musk de DOGE?

DOGE, una iniciativa del Ejecutivo para atraer inversión y modernizar la estructura gubernamental con tecnología, pierde a su figura más visible. Aunque Musk no dio detalles sobre su reemplazo, analistas señalan que la pérdida de su respaldo puede afectar la percepción del sector privado sobre el compromiso real del gobierno con la innovación sostenible.